Durante años, el bloque de mármol que es hoy el ‘David de Miguel Ángel’, estuvo abandonado tras haber sido maltratado por diferentes escultores, quedando una obra a medio trabajar. En el sótano de la primera división, se encontró Luis la piedra a la que deberá dar forma, más allá de los resultados de pretemporada.
Temporada nueva, viejos errores: la derrota llegó en la debilidad defensiva y la falta de contundencia aérea. Se corrió mucho riesgo en la salida de pies de Joan y la cuota arbitral no podía faltar con el gol válido anulado y agresiones de José Mari e Iván Alejo, que en circunstancias normales, deberían ser expulsión.
Los menos esperados se dieron una capa de lustre; Javi Hernández y Lazo en la primera parte, junto a Darder, en boca de todos hasta que rueda el balón. También Pol y Nabil con Nico en la segunda, asistentes de un Puado, que falló una de modo extraño.
La puesta de largo puso a muchos en el césped con cara de pocos amigos, pero habrá que cruzar el Rubicón de la segunda división de manera determinante. Probablemente para ello nos valga por fin Gori, una excelente noticia su vuelta y Keidi, arrollador en quince minutos que no descifro si el tiempo jugado, le indica la puerta de salida.
Faltó Gragera y faltó el gol, que debería correr a cargo de Braithwaite. El que no ha debido faltar es Garagarza, que debe haber tomado buena nota de lo que falta y lo que sobra. Dispone de masa madre para confeccionar una plantilla de sobras capacitada para el regreso, sin descuidar las evidencias: falta contundencia hasta que llegue, o se confirme, al Cachorro Montes.
No se mereció perder y la gota malaya de la derrota, andará agujereando ánimos hasta el siguiente encuentro. Las conclusiones se obtendrán al final del stage, cuando la evolución demuestre si la piedra que Luis García tiene en sus manos, podrá ser expuesta en la plaza de la categoría, como una perfección. Lo mismo que le sucedió al ‘David de Miguel Àngel’, cuando nadie lo esperaba.