La RFEF y sus esbirros del CTA han impedido que el Espanyol compitiera por seguir en Primera. A tres jornadas del final, con todo en juego, árbitros y VAR se han quitado la careta y, con premeditación y desfachatez, le han enviado a Segunda. Pese a los perniciosos arbitrajes sufridos durante toda la temporada, y agravados conforme iba avanzando la competición, el Espanyol seguía vivo. Viendo la respuesta de su afición, darle opciones a disputar una finalísima en casa contra Almería, era un riesgo que no querían correr. Contra Atlético y Valencia, árbitros y VAR directamente se volvieron locos.
¿Por qué? Pues porque, presionado por sus aficionados, el RCD Espanyol levantó la voz contra la corrupción manifiesta en la RFEF, criticó el distinto criterio arbitral, denunció el caso ‘Levandowski’, a quien la justicia ordinaria permitió jugar habiendo sido expulsado por doble tarjeta amarilla en el partido anterior, e hizo un comunicado por el escándalo Barçagate, basado en las pruebas que confirman el pago continuado durante 17 años al vicepresidente en activo del Comité Técnico de Árbitros, Enríquez Negreira.
¿Por qué? Pues porque el Espanyol y la integridad de sus aficionados molesta. Los pericos se movieron por redes sociales poniendo en duda la imparcialidad de las imágenes de Mediapro con las que el VAR decide jugadas, partidos y campeonatos. Sí. Mediapro, cuyo presidente y fundador es Jaume Roures, socio del FCB desde hace más de 30 años, avalista de Joan Laporta, el que dijo públicamente que el Girona debe aspirar a ser el segundo equipo de Catalunya, el que decide calendario y horarios, y el mismo que el 9 de noviembre del 2020 dijo en el diario Sport que «Nadie ha beneficiado más al FC Barcelona económicamente que yo». Así, sin ruborizarse, sin molestarse en disimular, sabiéndose el hombre más fuerte del futbol español.
¿Por qué? Pues porque ante el encubrimiento general de los medios de comunicación catalanes al servicio del régimen nacionalbarcelonista que lo pudre todo, los aficionados pericos siguieron denunciando los tejemanejes de Clos Gómez como responsable del VAR, los escandalosos negocios de Luís Rubiales, presidente de la RFEF, con Gerard Piqué siendo jugador en activo; otros casos de corrupción, juego sucio, agravios comparativos y casos de pederastia ya prescritos, que salpicaban de lleno al Barça de Roures.
El silencio de los defensores del fair play deportivo que critican los chanchullos de Florentino, pero aplauden que un equipo en quiebra técnica por una deuda que jamás podrá pagar, siga fichando jugadores y se embarque en una remodelación del estadio por más de 1.500 millones, el bullying que los niños sufren en las escuelas por llevar camisetas del Espanyol, los insultos y falsas acusaciones llenas de odio que los pericos recibimos desde el pasado derbi, es para denunciar y no parar. Da auténtico asco el silencio de RAC1, Sport, Mundo Deportivo, emisoras de la CCMA, canales de TV3 y demás voceros de un régimen que anestesia mentes y aborrega ideas. El RCD Espanyol les molesta y creen haberlo apartado. ¡Pobres ilusos! Que alguien les diga que ni silenciarán nuestra voz, ni nos harán doblar la rodilla.
El Espanyol ha hecho una temporada de pena. Con un presupuesto y límite salarial rozando el Top 10 de España, no ha estado a la altura y ha hecho el ridículo en el césped. Pero no es, ni mucho menos, uno de los tres peores equipos de la Liga y, sin robos arbitrales, ¡ROBOS! seguiría en Primera.
¿Quién indemniza económicamente al Club y sentimentalmente a su afición?