En el Espanyol, pese a que en las últimas temporadas está encontrando la estabilidad en el lateral derecho, han habidos épocas en la que algunos jugadores se han hecho amos y señores de esa posición. José María Sánchez Guerra, Job, fue uno de ellos durante la década de los 80. Llegó al Espanyol con solo 21 años procedente del Badajoz y no tardó en asentarse en el lateral diestro. La banda derecha fue prácticamente suya durante siete temporada y fue uno de los protagonistas de esa inolvidable UEFA del 88. Tras esa final en Alemania fue uno de los jugadores que dejaron el club. Pese a tener dos años más de contrato pidió salir, aunque nunca se fue del todo del Espanyol. Job se ganó para siempre el cariño de una afición que se lo reconoció poniéndole su nombre a la puerta 60 del RCDE Stadium. Job demostró que un lateral también puede ser uno de los jugadores más queridos por la afición. Y por eso en el Twich de La Grada Sports esta semana hemos querido charlar con él.
Hola Job. Me hace mucha ilusión hablar contigo. ¿Cómo va la vida?
No me puedo quejar. Además, hace un par de semanas pude ver al equipo en Cádiz, lo que siempre es una alegría para mí.
Lástima que la alegría no pudo ser completa, ya que al final no pudimos mantener el 1-2, ¿no?
Cierto. Me tuve que ir del campo diez minutos antes de que acabara. Lo estaba pasando muy mal.
Sufrir es algo normal entre los pericos. ¿Lo haces desde la distancia?
Sin duda. Yo tengo el consuelo de que tengo una escuela del Espanyol aquí en Badajoz y con eso me desahogo. Me lleva a tiempos pasados; solo ver a los niños y niñas con la camiseta me hace una ilusión tremenda.
¿Hace mucho que no vienes a Barcelona?
Desde la pandemia y tengo muchas ganas de venir, ya que nuestra peña le debe un homenaje a José María Calzón.
Quizás cuando te dejes caer, Diego Martínez te llama para que juegues de lateral, ya que está teniendo problemas en esa posición y tu jugaste casi 200 partidos en esa demarcación con el Espanyol…
Siempre goce del beneplácito de los diferentes entrenadores. El Espanyol me dejó una huella especial. Le tengo mucho cariño y el trato que siempre he recibido, y sigo recibiendo, es muy bueno.
Llegaste con solo 21 años. ¿Fue complicado el inicio al tratarse de un cambio tan importante?
El cambio claro que fue importante, pero fue muy sencillo aclimatarme. Creo recordar que a la semana de llegar ya debuté. Salvó algunas lesiones siempre estuve jugando. Había un ramillete de jugadores jóvenes y el club nos lo puso muy fácil para integrarnos.
Si no recuerdo mal entre los jóvenes llegasteis tu, Zúñiga, Miguel Ángel, y después salieron de la casa Márquez, Mauri, Orejuela… y poco a poco se fue haciendo un gran bloque. Esto demuestra que un equipo no se hace de un día para otro, ¿no?
Totalmente de acuerdo. Fue así. Llegamos muy jóvenes y con el tiempo nos conocíamos tanto que casi no hacía ni falta levantar la cabeza para ver que hacia tu compañero. Mis últimos cuatro años casi jugábamos de memoria.
Desde tu punto de vista, ya que se está hablando mucho del lateral. ¿Cuándo falta el titular es mejor poner a un central, que rinde en su posición, o darle la oportunidad a otro lateral?
Soy de la opinión que el jugador ha de jugar en la posición que se encuentra cómodo. Yo soy partidario de hacer jugar en el lateral a alguien que está acostumbrado a jugar en esa posición, como en cualquier otra. A los centrales les cuesta cuando han de salir a banda. Un lateral tiene otras cualidades, son más rápidos, agiles, versátiles… Yo siempre apostaría por un lateral y si he de tirar del filial, lo haría.
Tú que de lateral sabes un rato. ¿La posición de lateral cada vez es más importante y se piden mas cosas?
Lógico. El futbol avanza en ese sentido. Igual que estamos viendo las normas que van saliendo con los porteros. No vale que solo tengan reflejos, ahora han de salir al cruce, jugar con los pies… En mi época había grandes laterales que subían mucho la banda, como Gordillo, Chendo… Los laterales tienen que ser fuertes físicamente y tener mucho recorrido.
Ya que hablas de esfuerzo físico, siempre jugabas con rodillera…
Eran otros tiempos. Antes no se nos mimaba como hoy en día, y las recuperaciones eran más traumáticas. Tenías que sufrir más y a veces jugabas cuando no estabas aún en perfectas condiciones, pero el equipo te necesitaba y jugabas. Hoy en día un entrenador prefiere a alguien que esté al 100% que arriesgarse con uno que está al 70%. Son tiempos diferentes pero es lo que toca. Los jugadores no se pueden encasillar, y un lateral no puede centrarse solo en defender. El fútbol moderno los jugadores tienen mucha calidad y te exigen muchísimo.
Hablemos del equipo. ¿Cómo lo ves?
Creo que todos, y allí incluyo a los jugadores y entrenadores, estamos preocupados porque el equipo no acaba de cogerle el tono a la competición. Venimos del año pasado donde realizamos un buen primera vuelta y en la segunda casi nos faltó aire. Este año nos está costando mucho sumar. Pero si es verdad que creo que hay que tener confianza y esperanza, porque, como he dicho, en Cádiz hicimos unos 25 minutos de la segunda parte espectaculares, pero cuando nos ponemos por delante, realizamos un bloque bajo y no sabemos defender ese resultado.
Tienes toda la razón y el problema es que el equipo ofrece dos caras muy distintas…
Estoy convencido de que los jugadores están preocupados, porque no acaban de salir de esta situación, y no tienen la confianza que todo equipo necesita. No se encuentran con confianza y cuando se encuentran con el bloque bajo, no defendemos bien y encima nos sentimos penalizados por errores infantiles. El otro día hubo un marcaje en un gol como si se tratara de un parrido de baloncesto. El balón nunca se puede perder de vista.
¿Los problemas de la portería pueden influir en la cabeza de los jugadores en los minutos finales?
Sin duda. Es obvio. El equipo no acaba de coger esa confianza porque cuando va por delante, no mantiene la fortaleza y concentración, y todo influye. Los jugadores tienen eso en la cabeza. Están faltos de confianza y creo que es sano reconocerlo. Ellos saben que pueden hacerlo mejor porque nos han ofrecido minutos muy buenos como los de Cádiz, en los que disfruté mucho en esos 25 minutos antes de volver a tirarnos atrás. Salvo Joselu, Darder y alguno más, el resto pueden ofrecer más. Nos hace falta ser más regulares.
Has hablado de minutos buenos, para mi minutos buenos son, por ejemplo, los de la UEFA del 88 y cada vez que hablo con alguno de vosotros no puedo desaprovechar la oportunidad de hablar un poco de ella. ¿Sigues pensando en esa final?
Siempre. Son recuerdos que no se van. También porque tuve que vivir un momento en el lanzamiento de penalti, no le deseo esos instantes que viví hasta realizar el lanzamiento.
Solo Pichi Alonso y tú marcasteis…
Sí, pero no sirve de nada. Lo que queda no es eso, sino que no ganamos la final. En ese equipo sigo teniendo muchos amigos y cuando uno sufre, yo sufro. Hicimos una amistad que durará en el tiempo.
Qué bonito que es el fútbol, pero también que injusto. Merecíamos levantar el trofeo..
Pues sí. Después cada uno tenemos nuestras opiniones. Yo para consolarme revivo todas las eliminatorias de esa UEFA y los partidos del año anterior que fue maravilloso. Yo que soy un poco más sensible, sigo soñando con momentos en el club. Me acuerdo de María, en paz descanse, empleados del club, campo, compañeros, Maguregui, Azkargorta, Clemente…
Solo el hecho de hablar ahora con vosotros es algo grande para mí. Y aprovecharía el momento para pedirle a la afición que apoyemos al equipo, que no bajemos los brazos. El Espanyol sin su afición no es nada. El Espanyol puede pelear contra todo gracias a sus aficionados y desde aquí les animo a que estén con el equipo, que el equipo nos acabará dando alegrías.
Esta afición siempre responde y si le das algo te aún más como en esa UEFA del 88 que llenó Sarrià…
El jugador puede estar cansado, pero le llega todo lo de la afición. Cuando les escuchas apoyándote, te llevan. Y esa confianza que aún no tiene el equipo, la afición es la que puede hacérsela recuperar. Esto que no lo dude. Entiendo que pueda estar cabreada, alegres seguro que no están, pero les animo a que vayan al campo y disfruten.
¿Fue duro que se desmantelara ese gran equipo tras Leverkusen?
No te lo voy a discutir. Yo tenía dos años más de contrato, pero el palo que me lleve fue demasiado. Tenía que salir porque estaba derrotado. Pedí mi marcha y he de agradecer al club que me diera todas las facilidades. Fue muy duro. Creo que lo he podido ir superando en la distancia, si me hubiera quedado no hubiera podido continuar.
Te fuiste, pero siempre quedas, porque la puerta del estadio 60 lleva tu nombre y es tu foto de WhatsApp…
El club lo vivo mucho. Sigo todas las noticias, veo los partidos y ahora tras superar la pandemia cada vez que juegan de Madrid para abajo intento ir a verlos. Fue una pena que me tuviera que marchar, pero pensaba que habíamos decepcionado a la afición. Y consideré que era el momento de salir. No hubiera soportado una mala temporada y que nos pitaran. No me arrepiento porque sigo vinculado al club y tengo un gran sentimiento por la afición. Cuando me preguntan, siempre digo que a mí me han dado muchísimo cariño. He sido muy feliz. Qué más puedo decir.
Cuando hablamos con gente como tu queda claro que el espanyol sigue muy vivo, con mensajes tan positivos como el tuyo…
El otro día cuando estuve en Cádiz y me volví a ver con Rafa Marañón, que de alguna manera fue como padrino mío al llegar al Espanyol, fue muy grande. Debo reconocer que los jugadores que han pasado como Marañón, N’Kono, Lauridsen… debemos ser una motivación para hacer grandes cosas en un club que tiene que pelear tanto en Catalunya. Para acabar, quiero mandar muchos abrazos y ánimos a la afición. Y que vayan al campo que ellos son los que le van a dar confianza al equipo. Que olviden las penas, cuando se va al campo del Espanyol es para pasar una tarde buena. Lo del sufrimiento va con los pericos.
Y a que has hablado de N’Kono, tú que lo conoces. ¿Cuántos años tiene?
(Risas) Eso no hay Dios que lo sepa. No sé qué hará por las noches o en que bote se mete, si tiene una habitación. No lo sé.