Lo barato sale caro, como sabemos de esta conocida frase. Y este dicho popular aplica a la situación que se vive en España con los combustibles low cost. Se trata de una ola de fraudes que afecta a las gasolineras y que, en la cadena, impacta en los automovilistas. El objetivo es obtener descuentos y rebajas respecto del combustible de siempre.
Casi un 20% de las estaciones de servicio que funcionan en España han sido estafadas. En números absolutos, son más de 2000. La cadena comienza con empresas minoristas que venden combustibles sucios y adulterados a menor precio que los distribuidores de siempre.
Los abastecedores fantasmas llegan a la gasolinera, ofrecen su producto, abastecen y se esfuman. Literalmente desaparecen de la faz de la tierra.
¿Qué problemas tiene este combustible low cost?
Como nos cuentan en eldebate.com, el combustible que venden estas empresas fantasmas es sucio. Este es el problema más evidente. La suciedad se acumula en los filtros, que son claves para garantizar el funcionamiento del motor.
Si estos filtros se obstruyen y el coche sigue funcionando durante un tiempo prolongado es posible que ocurran daños internos costosos. Precisamente esto es lo que están ocurriendo a vehículos que han cargado frecuentemente este combustible low cost que venden estas empresas estafadoras,
Los más afectados son los motores diésel. Los conductores de inyección son más finos que los de gasolina y, por tanto, tienen mayor sensibilidad a la suciedad del combustible. Lo cierto es que no se sabe con certeza si esta presencia de partículas es el único defecto del combustible low cost, o si hay otras adulteraciones.
Como consecuencia, el coche falla por averías que tienen alto costo de reparación. Lo que el conductor ahorró cargando ese combustible seguramente no le sea suficiente para pagar las reparaciones.
¿Todas las gasolineras tienen este problema con el combustible?
Las gasolineras de primeras marcas solo compran combustible a proveedores seguros. Por lo tanto, puede considerarse que allí hay repostaje seguro.
El problema lo han tenido las pequeñas estaciones de servicio, operadas por particulares, y, por consecuencia, los vehículos que repostan en ellas. Estas estaciones compran el combustible al mejor postor, y luego lo venden a precios por debajo de lo que lo ofrecen las demás. Por esta razón, son las víctimas a las que apuntan los estafadores.
La situación parece haberse originado en el cambio de la ley que permitió que empresas minoristas distribuyeran el combustible de España. La medida tuvo como objetivo aumentar la competitividad para que los precios se mantuvieran o se redujeran. En la práctica, una vez más queda demostrado que los timadores están atentos a toda oportunidad.
El sur de España ha sido identificado como una de las regiones más afectadas. El indicador son los reportes de averías de los coches, que masivamente sufren averías. Por ejemplo, recientemente en Algeciras se han averiado más de treinta coches a un tiempo, y todos han tenido obstrucción en las líneas de combustible.
También Almería y Granada vivieron el impacto de estos vendedores fantasmas. Es probable que estas empresas vayan trasladándose para cometer sus estafas sin dejar rastros.
¿Qué debe hacer el conductor que sospecha que puede haber cargado combustible sucio?
La primera medida que debe tomar el conductor que sospeche que puede haber comprado este combustible adulterado es no mover el vehículo. Es conveniente que llame a una grúa para que lo traslade a un taller de confianza.
El taller mecánico evaluará la situación y determinará si hay averías, probablemente cambiará los filtros de combustible. Si constata que el carburante está sucio, es posible que deba cambiar el depósito, los conductos y la inyección, ya que pueden quedar sedimentos.
Es importante prevenir y no esperar a que el vehículo muestre problemas. Es decir que, si se ha repostado combustible de riesgo, será bueno realizar una revisión en un taller.