Las marcas viales, como los distintos rayados, letras y números que vemos en las calzadas de carreteras y autopistas, tienen como objetivo proporcionar información al conductor sobre lo que puede o no hacer en determinados tramos de carretera, contribuir con la seguridad en la conducción e indicar los límites de los carriles y de las vías en general. El rayado en las carreteras también aporta información sobre dónde podemos estacionar o el carril que debemos tomar si vamos a hacer un giro.
La mayoría de estas marcas son conocidas por todos los conductores porque siempre han estado allí, es decir, son códigos que todos conocemos y que permanecen desde hace varias décadas. Sin embargo, recientemente se han incorporado nuevas líneas, aunque todavía de forma experimental y solo en algunas vías, cuyo aspecto más llamativo es el hecho de romper con una de las convenciones a la que más estamos acostumbrados: el uso del color blanco en la señalización de las vías.
Líneas rojas y verdes sobre la calzada
El uso de líneas verdes y rojas para llamar la atención de los conductores es una técnica que ya se ha utilizado en otros países de Europa, como Suecia y Países Bajos. Tienen como función reforzar otras señales en blanco que ya transmiten la información requerida (los límites de la carretera, si podemos adelantar o no), pero que parecen haber perdido parte de su eficacia o necesitan ser reforzadas, pues las líneas blancas no son reemplazadas por las de colores.
La línea roja, por ejemplo, se coloca en la franja intermedia de la señal de doble rayado continuo, que usualmente encontramos en los tramos de carreteras donde está prohibido pasar al carril izquierdo para adelantar otro vehículo. En este caso, el rojo sirve para indicarnos la importancia de obedecer esta señal y sugiere además que cruzar esta línea nos pondrá en situación de peligro (además de estar cometiendo una infracción).
Qué sucede en los tramos donde hay líneas verdes
Las líneas verdes se colocan a ambos lados del arcén, a la izquierda de la línea blanca que indica el límite exterior del carril, por lo que crea una ilusión de que el carril es menos ancho de lo que realmente es. Y ese es precisamente su objetivo, hacer que el conductor sienta que la vía se estrecha y en consecuencia reduzca la velocidad.
Para probar la efectividad de las líneas verdes, la DGT seleccionó tramos de carreteras donde hay rectas largas que hacen que los conductores se confíen y pisen el acelerador, lo que eventualmente conduce a un aumento en los accidentes de tráfico. Son tramos con carriles de tres metros y medio de ancho con algunas curvas horizontales abiertas, de radio amplio, donde estas líneas verdes deben inducir a los conductores a reducir la velocidad, al producir un efecto óptico de estrechamiento del carril.
La línea verde no limita el paso en el caso de intersecciones o cruces, como sí lo hace la línea roja, pero sí indica que debemos franquearla, para salir o incorporarnos a una carretera, prestando la debida atención.
El uso de estas líneas de colores hasta ahora se limita a carreteras convencionales, que es donde se produce el 75% de los accidentes de tráfico en España, y en el caso de nuestro país todavía la efectividad de estas líneas se está evaluando en tramos de carreteras de Castilla y León y Andalucía. La experiencia con lo línea roja se lleva cabo en la A-355, en el tramo que se encuentra a la altura de Coín, en dirección a Marbella; y las líneas verdes para indicar los límites de la carretera se han colocado en tramos de la CL-613 (Palencia-Sahagún), y de la CL-615 (Palencia-Guardo).