Una de las virtudes que cabe destacar del nuevo técnico del RCD Espanyol, Manolo González, es que en un día en que se sabía en el centro de todas las miradas evitó cualquier tentación de dejarse vencer por un ataque de entrenador, y no experimentó con ninguna variante extraña. Más bien al contrario, uno de los aspectos en que destacó fue en reordenar unas piezas que durante la anterior etapa de Luis Miguel Ramis habían sido repartidas en algunos casos de manera bastante aleatoria sobre el tablero, aportando una importante dosis de orden y sentido en el juego.
Javi Puado, el necesario reencuentro con el gol del delantero del Espanyol
Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en Javi Puado. El catalán, que no marcaba desde el pasado 19 de diciembre ante el Burgos y que no había encontrado su mejor versión con Luis Miguel Ramis, obligado a desenvolverse en una zona del campo donde no puede desarrollar sus mejores características, tardó siete minutos en marcar ante el Zaragoza. Precisamente a Manolo González se le preguntaba en la previa del encuentro de La Romareda sobre la manera de recuperar al mejor Puado, un hombre que había destacado en su aportación goleadora antes de la llegada de Ramis, pero que con el tarraconense había quedada totalmente opacado en esta faceta. El preparador gallego no pudo ser más claro con su contestación: “Vamos a intentar que se den esas situaciones, tengo el máximo respeto por los entrenadores que ha habido antes, si el equipo está tercero es gracias al trabajo de Luis García y de Luis Miguel Ramis, lo que hay que buscar es para que hagan goles que tengan situaciones. Hay que mirar si Puado ha tenido situaciones claras de gol. Él está bien, tranquilo, con muchas ganas, es perico y tiene muchas ganas de acabar la temporada con buenos números y con el equipo donde debe estar”.
Efectivamente, siete minutos tardó Puado, jugando allá donde mejor se desenvuelve, en marcar un gol que se le resistía ya muchos meses. Y el gol llegó además en una jugada protagonizada por Brian Oliván, que tras protagonizar una de las cabalgadas a las que nos tenía acostumbrados antes de que fuese castigado a la suplencia por Ramis tras el fiasco en Elda nos tenía acostumbrados.
Brian Oliván, castigo levantado
De hecho, el diseño de la jugada recordó enormemente a los goles de la mejor etapa de Luis García en el banquillo. La vuelta de Brian Oliván, que no tenía minutos desde el 28 de enero en el Pepico Amat ante el Eldense, supuso volver a ver en esa zona a un lateral izquierdo natural, dejando en el armario la solución a la que venía recurriendo Ramis de colocar en esa zona a Leandro Cabrera, que retornado al centro de la defensa al lado de Víctor Ruiz firmó una buena actuación.
Por desgracia, Brian Oliván, una vez levantado ese “castigo” con la marcha de Ramis no podrá aportar sus centros al cumplir ciclo de amonestaciones, pero todo indica que su lugar lo ocupará otro lateral natural, Ian Forns, y no se recurrirá de nuevo a fórmulas extrañas. Cuando vuelva a estar disponible, Brian sabrá que su situación se ha normalizado: comenzó la temporada siendo un fijo en los esquemas del entonces técnico perico, Luis García, con el que entró en todas las convocatorias excepto en la jornada 5 ante el Levante, a causa de una lesión en el bíceps femoral que se produjo una semana antes cuando los blanquiazules se impusieron a la SD Amorebieta por 3-2 en el Stage Front Stadium; el defensa tuvo que ser sustituido en el minuto 23′ de aquel encuentro por este motivo, y no volvió hasta la jornada 6 ante el Eldense, en que jugó la última media hora. A partir de ahí, fue titular en todos los partidos hasta el cese del asturiano. Con la llegada de Luis Miguel Ramis siguió siendo habitualmente de la partida hasta la fcitada derrota en Elda; tras ese encuentro, Brian Oliván desaparecía del mapa, con dos partidos seguidos sin ir convocado -ante Levante y Racing- y otros tres entrando en la lista, pero sin disputar ni un solo minuto -Mirandés, Eibar y Huesca-. Pese a que se especulaba con que pudiera quedar señalado por la derrota en el Nuevo Pepico Amat, posteriormente se sabía que no pudo entrar en la siguiente convocatoria ante el Levante por un problema físico; el barcelonés venía sufriendo unos problemas en el abductor a lo largo del curso, lo que le había estado impidiendo rendir al 100% con el equipo. Entre dudas y especulaciones que llevaron a un sector de la afición a acusarlo de haberse “borrado” del partido. Ramis tuvo que salir a la palestra a intentar aclarar la situación, aunque dejando claro que a su parecer el problema de Oliván venía motivado más por una molestia que no por una lesión. El caso es que hasta el cese del tarraconense, no volvería a jugar ni un minuto.
Rubén Sánchez, protagonismo recuperado tras su vuelta al Espanyol
Otro de los casos abiertos durante la etapa Ramis era el de Rubén Sánchez, titular también en La Romareda y que todo parece indicar se perderá el partido del sábado por una microrrotura fibrilar en el gemelo de la pierna derecha. El joven futbolista perico estaba viviendo una situación muy incómoda, y además de forma comprensible, ya que se le rescató a finales del pasado mercado de invierno cuando estaba jugándolo todo en el Mirandés, cortando de esta manera su gran progresión futbolística, para dedicarse a calentar banquillo aquí en el Espanyol. En teoría se lo recuperaba por su polivalencia, ya que puede cubrir dos posibles posiciones, la de extremo derecho y la de lateral, aumentando así la competencia con hombres como Jofre Carreras, Salvi Sánchez, Omar El Hilali, Oscar Gil y Javi Puado, pero a pesar de esas credenciales sólo había jugado 45 minutos contra el Racing de Santander y otros 3 frente al Mirandés, para no tener participación ni frente a Eibar, Huesca y Alcorcón; es decir, un total de 62 minutos, ninguno de ellos en las tres últimas jornadas. Unas cifras que contrastan con el hecho que venía de ser titular y jugar los 90 minutos 15 partidos seguidos en el Mirandés. Sin embargo, Manolo González no dudó en darle la titularidad, la primera desde su regreso, concediéndole de nuevo un protagonismo muy esperado por el joven jugador barcelonés.
Gragera, titular de entrada
Otro jugador que estaba contando con poca confianza por parte de Luis Miguel Ramis y figuró como titular en Zaragoza fue José Gragera, justo una semana después de aparecer en un once por primera vez en 2024. Un ostracismo al que estaba también siendo condenado por parte de Ramis, muy poco comprensible dado el alto nivel de juego que ha ofrecido el jugador gijonense siempre que ha tenido la oportunidad de vestir de corto.
Melamed, un activo que no puede desperdiciarse
En la lista de debates que también cerró Manolo González fue el de Nico Melamed. El nuevo entrenador perico no dudó en darle entrada en la primera oportunidad en que su estado médico lo permitió, cerrando cualquier especulación al entorno de si es o no conveniente contar con un futbolista que muy probablemente abandone la disciplina blanquiazul a final de temporada. Manolo González ya dejó claro en la previa del partido “su idea era ayudar al equipo lo máximo posible, que quiere estar a muerte hasta final de temporada”; y efectivamente, el Espanyol no puede tirar piedras contra su propio tejado renunciando a un refuerzo de lujo cara a estos últimos partidos del curso, donde está en juego el objetivo del ascenso. Las ganas de Melamed de cerrar de la mejor manera posible su etapa en el Espanyol a final pueden revertir en el bien del equipo y de la institución, algo que está por encima de otras consideraciones.