El Espanyol golpeó en el momento justo y dejó sin respuesta al Madrid con una letal contra en el minuto 85, culminada por Carlos Romero tras una noche en la que los blancos nunca encontraron claridad. Pese al regreso de Vinicius tras sanción, el ataque visitante apenas inquietó a un Espanyol sólido y bien resguardado bajo la seguridad de Joan García. El planteamiento perico ahogó al equipo de Ancelotti, impidiéndole correr y obligándolo a encontrar soluciones en espacios reducidos, un desafío que nunca supo resolver. El resultado fue un Madrid gris, atascado y sin chispa, completamente neutralizado en Cornellà.