El estadio de Sarrià vivió grandes jornadas de fútbol a lo largo de 74 años. No solo fue la casa del Espanyol, sino también la del fútbol. Italia, por ejemplo, siempre recordará el desaparecido terreno de juego debido a que venció por tres goles a dos a la selección de Brasil en el Mundial de España ’82. Exfutbolistas como el tristemente fallecido Paolo Rossi, autor de tres dianas en dicho encuentro, o Paolo Maldini, han declarado en alguna ocasión su pena por la desaparición en 1997 del que fue el templo espanyolista, el cual actualmente alberga bloques de pisos y un parque en la zona central, con un recuerdo al estadio de Sarrià lamentable: una placa vertical en cada una de las dos entradas del parque que describen brevemente la historia del estadio y una en la zona central, mucho más pequeña y que, para más inri, se encuentra a menos de un metro de una papelera. Un triste recuerdo a un estadio que es historia del Espanyol, del fútbol y de la ciudad de Barcelona.
Es por ello que ‘La Grada’ se adhiere a la plataforma ‘Memorial Estadi de Sarrià’, plataforma que busca dignificar los terrenos que de 1923 a 1997 albergaron el estadio de Sarrià y el campo de la Chatarra. Un estadio que, como decimos, no solo forma parte de los libros de oro del Espanyol, sino también de los del mundo del fútbol y de la Ciudad Condal y que merece tener un recuerdo a la altura de lo que allí aconteció: encuentros internacionales, partidos grabados a fuego en la memoria colectiva, derbis, miles de jugadores clave en el fútbol mundial…
Existen dos entradas al parque: una por la Ronda General Mitre y la otra por el Passatge Ricardo Zamora. En cada una de ellas, una placa alargada que explica dónde jugaba el Espanyol antes de hacerlo en Sarrià, en qué fechas lo hizo, que se jugaron partidos del Mundial de 1982 y qué ocurrió tras la venta de Sarrià: que el club perico pasó a disputar sus duelos como local en el Estadi Olímpic Lluis Companys de Montjuïc y, posteriormente, «a la seva nova casa a Cornellà-El Prat«. Una historia que daría para miles de capítulos resumida en unas tristes placas y pocas líneas.
Pero peor es la de la zona central del parque. A menos de un metro de una papelera, mucho más pequeña que las otras dos y con una pequeña inscripción en su impersonal color verde que invita a la confusión con cualquier tipo de señalización de pipi-can (que muchos utilizan como tal) o de prohibiciones, una placa, si se puede considerar como tal, que reza lo siguiente: «Aquests terrenys van acollir l’estadi de futbol de Sarrià del RCD Espanyol des del 1923 al 1997″.
Ante esta situación, invitamos a todo el espanyolismo a estar muy atento a la cuenta de Twitter de Memorial Estadi de Sarrià (@memorialsarria) y a las próximas acciones que se realizarán, las cuales se comunicarán desde allí. El desaparecido estadio de Sarrià merece un recuerdo acorde a lo que significó para tanta y tanta gente, e invitamos a todo el que quiera a unirse a esta iniciativa, de la cual en breve se conocerán más noticias. Recordamos también la existencia de una dirección de correo electrónico, [email protected], en la que se resolverán todas las dudas sobre el proyecto.