Muhammad Alí le ganó a Joe Frazier el histórico combate que se conoce como Thrilla in Manila. Frazier, al final del penúltimo round, peleaba a ciegas, con los ojos cerrados tras el castigo de Ali. Cuando sonó la campana, desde su rincón se detuvo el infierno. Algo parecido le habría gustado a Luis García, cuando a las embestidas del Sevilla optó por los cambios que nos sentaron como un golpe en la mandíbula que nos deja contra las cuerdas.
Pacheco paró una en cada asalto, que sólo fueron el anticipo de tres goles de los que hablaré más tarde.
Aguantó bien Oscar a su tocayo de apellido Bryan y en la corta distancia, por derecha o izquierda, no era golpeado.
Las dudas iniciales de Montes, peso pesado en el eje de la zaga, las corrigió cuando nos combinaban a centros desde la banda.
A Sergi le saltó el protector bucal por los aires cuando las sustituciones no contenían el arrebato sevillista.
Solo aparecía Cabrera cuando nos habían tirado a la lona y solo nos quedaba el recurso del saque lateral al interior del área.
Volvía a la titularidad Brian Oliván, púgil destacado de la temporada y desconociendo su estado físico, su sustitución se antoja ahora precipitada.
Volvió el mister a optar por la creación de pesos pluma y Denis fue el más destacado en esa zona del ring, donde Nico picaba como una avispa y Darder tocado por un pisotón, dejó la imagen en el cambio de que ‘eso’ no era un problema.
El gol de Puado podía haber sido el retorno del boxeador noqueado desde la esquina y ahora queda hasta raro, mientras Joselu, no dominaba por arriba y equivocaba todo cuanto hacía, en el día que peor le lució el juego de pies.
Se quiso armar con contención y destrucción lo que se estaba ganando con posesión y los cambios fueron encajar un gancho tras otro: Vini nos asestó un ‘croché’ en el penalti, Rubén permitió que Acuña golpeara derechazos, cuando se iniciaba la cuenta atrás Keidi cayó al suelo dando origen al tercer gol y Edu Expósito intentó cambiar, aunque fuese a los puntos, el previsible desenlace.
Que todos los goles pudieron ser revisados por los jueces es evidente: patada a Brian por la espalda en el primero, saque de banda concedido equivocadamente previo al penalti del segundo y posible falta no pitada en el tercero, aunque ya imaginarán que el VAR para nosotros es como la “ring girl” al boxeo: que sepan que existes pero sin participar. Y así, se llegó al final. Con una jornada menos, la salvación queda a 3 puntos, los qué hay en juego en un partido. La primera oportunidad será en diez días. En la humedad de una noche como el combate en Filipinas, afrontaremos nuestra particular ‘Pelea del siglo’. El enfoque de la misma corresponde a cada uno. Yo les anticipo que mientras se pueda, jamás se me ocurrirá tirar la toalla.