Sergi Darder, con el Real Mallorca habiendo sumado únicamente dos puntos de doce posibles y sin haber ofrecido la mejor versión a nivel personal, no está viviendo posiblemente la situación que esperaba cuando decidió dejar el RCD Espanyol. Una marcha de la que habla en una entrevista con el ‘Diario de Mallorca’, en que vuelve a dar su versión de aquella controvertida marcha: «Yo estaba muy a gusto, era el capitán y era complicado salir del club. Siempre había tenido una pequeña esperanza de jugar aquí. ¿Cómo se gestiona ser el capitán del Espanyol y ser criticado cuando vine al Mallorca? Sinceramente, me cuesta mucho entender estas cosas. Ves jugadores que no tienen ningún sentimiento por un club, que van un año cedidos y salen como ídolos sin hacer mucho. Y jugadores que se lo han dejado todo, que necesitan un cambio por un motivo de salud, como en cualquier trabajo, salen mal. Y sin hacer nada. Todo lo contrario, si estuve callado un mes y pico toda la pretemporada lo hice para que mi precio no bajase y poder ayudar al Espanyol y no hacer daño a la afición y al entrenador en caso de que después tuviese que quedarme. Lo di todo por el club tanto dentro como fuera, son cosas que no puedo controlar. Seguramente volviendo atrás lo habría hecho de otra manera. Mi línea, que era ir de la mano del club, no fue la misma que la de ellos. Así es el fútbol, tengo la conciencia muy tranquila».
Las reflexiones de Sergi Darder sobre la situación del Real Mallorca
Ya en otro orden de cosas, Sergi Darder reconoce que aún no está pudiendo ofrecer su mejor versión en el Real Mallorca: «Es verdad que el sistema del míster te obliga a estar a un nivel físico muy alto. Se necesita un proceso de adaptación. Mi pretemporada también ha sido un poco rara, porque siempre que tienes la cabeza fuera hace que no estés del todo metido. Ya de por sí los primeros partidos son siempre raros, imagínate ya con cambio de equipo, de ciudad… Es verdad que también hay un tema de sistema. Hay jugadores que tienen una manera de jugar muy automatizada desde hace un año y medio. Poca gente se adapta a ti, tienes que hacerlo tú. Y no solo yo, también el resto de nuevos. El fútbol no espera a nadie y nos hemos de poner las pilas para comenzar a sumar de tres ya. Cada entreno me siento mejor, miramos muchos vídeos para coger la manera de jugar. No sé si será en un día, una semana o dos, pero estoy convencido de que todo irá bien». Y sobre el hecho de que el inicio del equipo balear no haya sido el esperado y si había unas expectativas demasiado elevadas entre la afición bermellona, reflexiona: «Para soñar, estamos todos y nosotros también lo hacemos con cosas buenas, no con bajar a Segunda. Si La Liga nos da esto, en los últimos partidos no tocará otra que sufrir. Nosotros ahora tenemos que pensar en competir en cada partido. Hay 6 o 7 equipos que están instalados desde hace años haciendo las cosas bien y tenemos que intentar agarrarnos a ellos, pero no es fácil. Hemos de estar tranquilos y no sufrir. Las esperanzas las marca cada uno. Me gusta que la afición sea optimista, pero tenemos que saber de dónde venimos. Estar en Primera es muy complicado».