No hay nada como una pretemporada para medir quién está preparado de verdad. Y si encima eres joven, vienes del filial o acabas de aterrizar en el club, el margen de error se reduce al mínimo. Este lunes empezó en Navata el stage veraniego del Espanyol, y con él también arrancó la particular “oposición” de seis jugadores que quieren convencer a Manolo González de que pueden quedarse. El reto no es sencillo, pero sí ilusionante.
Manolo, que conoce como pocos la casa y sabe lo que cuesta abrirse paso, no ha querido mirar hacia otro lado y se ha llevado a seis futbolistas con hambre y algo que demostrar. Cuatro vienen de abajo –Pol Tristán, Roger Hinojo, Rafa Bauza y Leo Salazar– y dos han llegado este verano tras buenas campañas en filiales de renombre: Hugo Pérez (del Villarreal B) y Marcos Fernández (del Betis Deportivo).
Cada caso es un mundo, pero todos comparten algo: están en ese punto de la carrera donde los entrenamientos ya no se observan con la misma calma. Ahora toca apretar los dientes, ganarse cada minuto, y esperar esa mirada cómplice del míster que diga: “Tú te quedas”. El periodista Sergio Escario hace en Mundo Deportivo un pequeño retrato de cada uno de ellos:
Portería con reflejos
El más veterano del grupo es Pol Tristán, portero de 23 años que ya dejó buenas sensaciones la temporada pasada con el filial. Vino del Granada, jugó 24 partidos, encajó los mismos goles y firmó siete porterías a cero. Con 1,88 de altura y reflejos de gato, sabe que el nivel de exigencia bajo palos en el primer equipo es altísimo, pero también que cada intervención puede ser una carta a favor.
La banda zurda tiene dueño… ¿o no?
Uno de los que más papeletas tiene para quedarse es Roger Hinojo, lateral izquierdo de 20 años que ya sabe lo que es debutar en Primera: lo hizo en La Cerámica el pasado abril. No es fácil jugar de lateral en el fútbol moderno, pero él lo lleva con naturalidad. Javi Chica, que le conoce bien, no escatima elogios: “selecciona muy bien sus incorporaciones al ataque, tiene buena salida de balón y, sobre todo, a nivel defensivo-táctico es muy bueno”.
El motor del centro del campo
Si hay un nombre que ya suena fuerte es el de Rafa Bauzà. Mediocentro, 20 años, y con 12 apariciones ya con el primer equipo, incluido el derbi ante el Barça como titular. Su crecimiento ha sido silencioso, sin focos, pero constante. Ahora, con una medular en construcción, tiene opciones de entrar en la rotación.
Salto al vacío… con desborde
Leo Salazar es el benjamín del grupo, pero eso no quiere decir que sea el que menos llama la atención. Con solo 18 años, el extremo ha destacado por su cambio de ritmo y su polivalencia ofensiva. Su hábitat natural es la banda izquierda, jugando a pierna cambiada. Aún le falta recorrido, pero si algo tiene el fútbol es que las sorpresas suelen venir de quienes menos ruido hacen.
Refuerzos que aún buscan encaje
Más complicado lo tienen Hugo Pérez y Marcos Fernández, los dos fichajes veraniegos. El primero es central, tiene 22 años y un perfil sobrio, pero el contexto no le acompaña: hay cuatro centrales consolidados y no se descarta que llegue un quinto. Todo apunta a una cesión. Lo mismo ocurre con Marcos, delantero que empezó como extremo y que el curso pasado firmó 10 goles en Segunda Federación. Viene de superar una grave lesión, pero quiere demostrar que aún tiene fútbol en las botas. También podría salir cedido para seguir creciendo.
Navata es ese espacio donde se empiezan a decidir cosas. Donde los jóvenes que sueñan con el primer equipo pueden hacerse visibles. Donde Manolo González, que no regala nada, empieza a dibujar su Espanyol 2025-26 y en el cual más de uno de estos chicos quiere su hueco.
