Terribles imágenes las que nos llegan estos días desde Turquía y Siria tras el grave terremoto sufrido en ambos países. Las últimas cifras hablan de 22.300 muertos tras el movimiento sísmico, que ha tenido varias réplicas y ha dejado miles de edificios derruidos. Una grave crisis humanitaria que se ve agravada por la duras condiciones climáticas, con nevadas y temperaturas bajo cero. El Espanyol ya ha mandado ayuda humanitaria, mostrando de nuevo su lado más solidario como hizo con las victimas de la guerra de Ucrania.
Esta situación de precariedad la viven dos exjugadores del Espanyol: Max, conocido actualmente como Maxim Alexandru, y Kevin Soni. El primer de ellos, que pasó por el futbol base blanquiazul de las campañas 2007-08 a la 2011-12, en la que llegó a jugar con el filial, milita en el Gaziantep FK; mientras, un Soni que actuó en el Espanyol B cedido por el Girona FC en la 2019-20 y que incluso tuvo minutos con el primer equipo, forma parte de la plantilla del Hatayspor cedido por el Asteras Tripoli griego.
Los dos han vivido muy de cerca el terremoto e incluso Kevin Soni, que estaba sobre el terreno, ha llegado a temer por sus vida. El epicentro fue en la ciudad de Gaziantep y en la provincia vecina de Hatay se sintió con muchísima fuerza: la primera población es la del equipo de Max y la segunda donde encontramos Antakya, la casa del Hatayspor. Otra de las ciudades más castigadas por el seísmo ha sido Adana, donde la pasada campaña militaba el por aquel entonces cedido por el Espanyol Matías Vargas.
Un milagro para Kevin Soni
Ambos futbolistas han compartido reels en Instagram sobre la situación que se vive en Turquía. Lo han vivido de formas muy diferentes, ya que mientras Kevin Soni estaba en su casa y tuvo que abandonarla a toda prisa por el terremoto, Max se encontraba en Alemania disfrutando de días libres y no sabe cuándo podrá regresar, ya que los aeropuertos están cerrados.
«Alrededor de las cuatro o cinco de la mañana, el suelo empezó a temblar, pero cuando el techo y las paredes empezaron a derrumbarse sobre nosotros -vive con sus primos-, empezamos a bajar las escaleras corriendo. Cogimos nuestros pasaportes y teléfonos, no sé cómo se me pudo ocurrir en ese momento. Tuvimos la suerte de salir del edificio antes de que se viniera abajo», explicó Kevin Soni a medios locales.
«Pensaba que era el fin del mundo, pensé en saltar por la ventana, pero vivíamos en un séptimo piso. He visto morir a personas a mi lado, he tenido que beber de mi propia orina. Vi cómo la tierra se partía en dos. Estoy vivo de milagro».
Al delantero camerunés le ‘salvó’ su fe. «Soy musulmán y muy religioso. Lo que me salvó fue que quería mantenerme despierto hasta las 6.40 horas de la mañana para la primera oración del día. Si me llego a dormir, no lo estaría contando», indicó. La situación para el Hatayspor es dramática: el director deportivo del club y el jugador ex del Málaga CF Christian Atsu siguen desaparecidos, y una futbolista del equipo femenino ha fallecido.
Soni recuerda la pesadilla que sufrió desde Estambul. «Intentamos salvar a todos los que pudimos. Ancianos, madres, niños… Se me pone la piel de gallina solo de pensarlo. Dos horas antes del terremoto estaba hablando con Atsu por teléfono, y ahora está desaparecido. Estoy en shock«.
Max, fuera de Turquía, no lo vivió
Más suerte tuvo Max, que se encontraba disfrutando de unos días libres en Alemania. «Estoy en Alemania, prácticamente todo los jugadores del equipo están fuera. Tengo entendido que todos está bien», dijo también a medios de su país natal, Rumanía. «Me desperté y tenía millones de mensajes en el teléfono, no sabía lo que estaba pasando».
El equipo de Kevin Soni, el Hatayspor, ha anunciado que esta campaña no competirá más en la Superliga turca, algo que la Federación ha aceptado y le otorga plaza en el campeonato de cara al próximo curso. El máximo organismo del fútbol otomano ha ofrecido lo mismo al Gaziantep FK, peor todavía no tiene respuesta. Y es que sin duda el fútbol ahora pasa a un segundo plano.
