El Espanyol llega a San Mamés para enfrentarse al Athletic Club en uno de esos momentos que hacía tiempo que no se vivían. Cuatro victorias seguidas, sensación de equipo sólido y una afición completamente enganchada. En ese contexto habla Marko Dmitrovic, que atiende a Sport en una entrevista extensa con Marc Gázquez y Marc Marín justo antes de visitar Bilbao, llegar al parón navideño y empezar a mirar de reojo el derbi del 3 de enero. El portero serbio no esconde que el vestuario está enchufado: “Está muy bien, llevamos cuatro victorias seguidas, estamos en una racha muy positiva, la confianza está muy alta y estamos disfrutando mucho”. Pero enseguida añade el matiz que define al vestuario: “Ya estamos muy centrados para seguir con esa buena racha. Tenemos un partido complicado, pero estamos en el mejor momento de la temporada y queremos aprovecharlo para sumar otra victoria”.
Europa se comenta fuera, dentro se piensa en otra cosa
Con 30 puntos ya en el bolsillo, la pregunta es inevitable. ¿Se habla de Europa en el vestuario? Dmitrovic no duda: “De verdad no se comenta porque ya sabemos cómo va eso”. Y lo explica desde la experiencia: “Después de muchos años de sufrimiento, si te relajas, vas a pasar otra segunda vuelta de sufrimiento”. El discurso no es frío, es realista. “Cada vez estás más cerca de la salvación, eso está muy claro. Llevamos un buen colchón de puntos, pero lo único que depende de nosotros es ir partido a partido”.
La ilusión, la exigencia… y el famoso “drama”
El crecimiento del equipo ha disparado la ilusión en la grada, y con ella la exigencia. Dmitrovic lo observa con naturalidad y hasta con humor. “El drama sinceramente lo formáis vosotros [risas], no nosotros, no te voy a engañar, porque nosotros sabemos cómo va”. Y deja una reflexión muy humana: “A lo bueno todos nos adaptamos muy rápido, no solo los aficionados, todos nos adaptamos a cualquier cosa buena muy rápido, pero a lo malo cuesta días, semanas, meses para adaptarse, y eso es algo muy natural”.
Por qué eligió al Espanyol cuando tenía otras ofertas
El serbio no llegó al Espanyol por descarte. Al contrario. “Porque el interés era más alto de los otros clubes”. Se sintió querido desde el primer momento. “Yo interpretaba que el club que más me quería fichar, y luego en las negociaciones hemos acercado posturas”. Y añade algo clave: “Yo veía un club de Primera muy consolidado, veía e interpretaba muchas cosas similares en mis objetivos personales”. El acuerdo fue rápido: “Muy rápido nos pusimos de acuerdo en todo y era una señal de que de verdad me querían”.
Competencia, titularidad y una manera distinta de vivir el fútbol
Cuando llegó, se encontró con Ángel Fortuño y con el debate externo sobre quién debía ocupar la portería tras Joan García. Dmitrovic lo explica desde otro sitio: “Yo ya llevo tiempo y durante semanas sin pensar si juego o me quedo fuera o en el banquillo”. Su foco es otro: “Intento aprovechar cada entrenamiento al máximo para mejorar aspectos personales y profesionales”. Y lo resume con una frase que define su momento vital: “Quiero ser mejor Marko que ayer y ese es el único pensamiento”.
No reniega de la ambición, pero la enfoca bien: “Luego, si deciden ponerme a jugar mejor y cada uno de nosotros quiere jugar todo lo posible, pero el único camino correcto es pensar en ser la mejor versión de ti mismo al día siguiente”. Desde ahí, confiesa, disfruta más: “Desde que estoy haciendo esas cosas, disfruto día a día y de verdad espero que prolongue mi carrera lo máximo posible”.
Joan García, el peso de las comparaciones y lo aprendido en Sevilla
Sustituir a Joan García no era sencillo. Dmitrovic lo reconoce sin rodeos: “Él dejó una gran huella, ha sido uno de los mejores porteros del campeonato pasado, ha tenido grandes actuaciones el año pasado”. Pero aclara su rol: “No vine a suplirlo a él, vine para dar mi mejor versión y ayudar con todo lo que pueda a que el equipo tenga éxitos este año”.
Aquí aparece uno de los momentos más sinceros de la entrevista, cuando compara esta etapa con la vivida en Sevilla: “Siempre cuando cometes errores intentas corregirlos”. Y va al fondo: “Puede ser que yo en Sevilla tomara un reto, suplir a Bono, ser una mejor versión que Bono, y fue un error”. La conclusión es clara: “Yo tengo que ser la mejor versión de mí mismo”. Ahora se siente liberado: “Disfruto día a día, no quiero sustituir a nadie, quiero ser mejor Marko dentro y fuera del campo, me siento genial y espero que siga así la misma racha”.
Porterías a cero, números… y el objetivo real
Siete porterías a cero, tres consecutivas. San Mamés a la vista. Dmitrovic no se obsesiona: “Visualizo la victoria, estoy con ganas de ganar, pero nunca pienso en dejar portería cero”. Y lo deja claro: “Si me ofrecen un resultado 3-4 para Espanyol, lo firmo con las dos manos”. Para él, todo es colectivo: “Es un dato bonito donde el foco está en el portero, pero es un resultado de la gran defensa de todo el equipo”. Y remata: “Lo importante es ganar partidos y eso es el único objetivo que tenemos”.
El derbi, la afición y el regreso de Joan García
El Barça aparece en el horizonte, pero Dmitrovic frena cualquier distracción: “Si pensamos ahora en el Barça sería un error grande”. Primero Bilbao. Luego ya se verá. “Ellos que hablen y discutan con sus amigos, nosotros primero con lo que toca y luego ya pensaremos en ello”.
Sobre el derbi y el ambiente, no duda: “Espero un partido muy bonito en nuestra casa, todos los partidos son con un ambiente superlativo”. Y añade: “Como es un derbi va a ser otro ambiente tremendo”.
Y llega la frase que más ruido generará posiblemente. Cuando se le pregunta por el regreso de Joan García y si él se hubiese ido al Betis, Dmitrovic es directo: «Son cosas que pasan en la vida. Yo nunca digo ‘no’ a nada porque nunca sabes qué puede pasar en la vida. Cada uno es dueño de sus decisiones, Joan tuvo una cláusula que él decidió ejecutar. Yo solo voy a decir que gracias a ese traspaso yo creo que el Espanyol hizo una muy buena plantilla este año. Al final cada persona es diferente, yo te puedo decir una cosa, luego si la hago o no… Pues para qué vale hablar, cada uno tiene derecho a decidir por sí mismo. Cada uno decide tener consecuencias o trofeos en su espalda, él optó para sí mismo esa decisión, le deseo toda la suerte del mundo, menos cuando nos enfrentamos a él, que no haga los partidos que suele hacer».
