Con el descenso a Segunda del Espanyol y un momento de éxitos aún no sabemos si puntuales o no del Girona FC en la máxima categoría del futbol nacional, vuelve a hablarse de la hegemonía del fútbol catalán que desde hace décadas han otorgado al FC Barcelona. Con los blanquiazules, que por palmarés deportivo y respaldo social siempre ha sido ubicado como segundo club de Catalunya, en la categoría de plata, el Girona FC parece empeñado en hacer realidad ese sueño de Jaume Roures y Pere Guardiola de arrebatarle el segundo lugar del podio; es más, hace solo un par de días el presidente del consejo de administración del Girona afirmó sin complejos que para él el suyo es el primer club de Catalunya por delante del resto.
El Girona quiere disputarle al Espanyol la segunda posición en el escalafón del fútbol catalán
Pese a la rivalidad creciente en los últimos años entre las aficiones del RCD Espanyol y del FC Barcelona cabe reconocer que el de Montilivi es el club de moda a nivel catalán y nacional: líder de Primera gracias al triunfo ante el Villarreal por primera vez en su historia, los de Míchel parecen imparables y todavía no han perdido ni un partido en lo que llevamos de competición (6 victorias y un empate). Deportivamente hay que reconocer que están haciendo las cosas bien gracias a figuras como la de su técnico y el director deportivo Quique Cárcel, que por cierto antes de la llegada de Fran Garagarza se dejó querer por el Espanyol pese a estar éste en Segunda. Pero aparte de una planificación deportiva que da para nota, también han crecido al amparo del dinero del Grupo City; no es ninguna sorpresa que su filosofía viene marcada por la del Manchester City, primer equipo del grupo inversor al que pertenecen y gracias al cual han logrado convertirse en la revelación de lo que llevamos de temporada. En 2017, el Girona fue adquirido a partes iguales por el City Football Group y el Girona Football Group, y con esta inversión cada año empezaron a llegar más y mejores fichajes para los rojiblancos. Sin embargo, la historia de este club dista mucho de ser la necesaria para que pasen a ser considerados el segundo club de Catalunya; de hecho, mientras la presente es tan solo la cuarta temporada en la máxima catagoria del Girona el Sabadell ha estado nada más ni nada menos que 14 temporadas en Primera, y es el tercer equipo catalán en este ranking, e incluso el Nàstic también ha estado cuatro años entre los más grandes. A nivel social, tampoco se les puede considerar el segundo equipo de Catalunya a nivel de apoyos: según el barómetro del CEO de abril de este mismo año, casi la mitad de los catalanes (49%) eran del Barça, y curiosamente el Real Madrid se llevaba el segundo lugar de la lista con un 8%. El Espanyol era el tercero de la lista con el 2% y el Girona era el favorito para el 1% de los catalanes.
Hoy mismo en declaraciones a ‘El Nacional’ Quique Cárcel era claro al hablar de si ahora sí que se puede decir que el Girona es el segundo club de Catalunya: «La realidad es que hoy el Girona está en Primera División y eso es un sueño. Ahora bien, la historia del Girona no se puede comparar con la del Espanyol. Creo que eso tenemos que tenerlo presente. El Espanyol es un grandísimo club, que trabaja el fútbol base de una forma brutal, que ha hecho grandes campañas en Primera División y que estoy convencido de que volverá a la élite, pero ahora el Girona tiene que aprovechar este momento para, con este punto de humildad, seguir creciendo. ¿Decir que somos el segundo club de Catalunya con un club el Espanyol? Quiero ser prudente».
El FC Barcelona, inmerso en una crisis social y amenazado judicialmente
Curiosamente, con el Girona plantándole cara en Primera y su gran rival el Espanyol en Segunda, ese equipo del cual serían seguidores casi la mitad de catalanes, el FC Barcelona, está viviendo un momento social complicado, que dice muy poco en favor de la fuerza de ese supuesto respaldo. Pese a tener aparentemente tantos aficionados detrás no es capaz de llenar su estadio, y es el 19º equipo de España en abonados -está por detrás de equipos de Segunda como el mismo Espanyol, la entidad deportiva con más abonados de Catalunya, Zaragoza, Real Valladolid, Real Oviedo, Sporting de Gijón y Elche, e incluso de Primera RFEF, tercera categoría del fútbol español, como el Deportivo de la Coruña-. A duras penas llegan a la cifra de 17.000 fieles los que han querido acompañar al club azulgrana a su exilio forzoso en el Olímpic de Montjuïc, y no han sido capaces por ahora ni de llenar el estadio en el que juegan este año. Pese a ser el actual campeón de Liga y supuestamente una de las principales instituciones deportivas del mundo, únicamente 17.064 son los abonados que tiene el Barça este año en Montjuïc, muy lejos de los 45.000 asientos para abonados que se reservaron inicialmente para este curso. Dicho de otro modo, cuesta mucho hablar del Barcelona como la mejor institución deportiva de Catalunya cuando es incapaz de movilizar a su afición unos kilómetros, simplemente a otra zona de la capital. Este abandono en este curso futbolístico a su equipo solo por cambiar de estadio en la misma Barcelona afecta decisivamente a la imagen del club, ya de por si muy tocada por todo el affaire Negreira, que en el peor de los escenarios podría comportar la disolución, clausura y suspensión de actividad si se confirma el cohecho del que les acusa el juzgado que investiga este caso. Imputado por pagar sobornos a Negreira para «influir» en los arbitrajes durante nada más ni nada menos que 20 años, o al menos así lo considera el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, de confirmarse quedaría demostrado que existió una desigualdad en el trato con otros equipos y la consiguiente corrupción sistémica en el conjunto del arbitraje español. El juzgado acusa al Barça de presuntamente sobornar al ex vicepresidente del CTA durante 18 años para conseguir su «influencia»; en concreto, el juez Joaquín Aguirre remarca que el FC Barcelona presuntamente sobornó a los árbitros con una “forma novedosa de posible retribución ilegítima”: «Se presume por pura lógica que el FC Barcelona no pagaría al vicepresidente Negreira en torno a 7 millones de euros desde el año 2001 si no le beneficiara, pero no por la bondad de los informes en sí mismos, sino por la condición de Negreira como miembro de la terna de vicepresidentes del CTA, cuya función no era simplemente representativa sino que ejercía funciones de relevancia significativa en la calificación y designación de los árbitros». Por eso considera que el FC Barcelona no usó el «tradicional método de pago” para comprar presuntamente un partido concreto sino que con el pago continuado a Enríquez Negreira era una “forma novedosa de posible retribución ilegítima”. De confirmarse una condena por el delito de cohecho el Barça debería ser castigado con una multa de entre «el triple al quíntuple del beneficio obtenido», que se debería calcular por los beneficios conseguidos en los títulos alcanzados en esos 18 años en las competiciones presuntamente adulteradas, que serían las de ámbito nacional. Además, se podría reclamar la clausura de locales, la suspensión de la actividad, la inhabilitación para competir e incluso la disolución. Mientras, a nivel deportivo, la UEFA está a la espera de saber cómo finaliza la investigación judicial para suspender la participación del club azulgrana en competiciones deportivas. Un panorama muy complicado el judicial para un club que lleva años vanagloriándose de sus “valors” y de ser un ejemplo de conducta.
El Espanyol, ¿ante una oportunidad desperdiciada?
La pena es que ante esta situación los errores deportivos y de planificación hayan hecho que el Espanyol haya de disputar este curso en Segunda división, dado que hemos perdido una buena oportunidad de vivir cuatro partidos ante rivales también catalanes que hubiesen sido de máxima intensidad, y que hubiesen servido para hacer una justa comparativa del momento de los tres equipos y dar argumentos para hablar con más fundamento de la hegemonía en el fútbol de aquí. Sin embargo, dejando de lado otras consideraciones, como el hecho destacable de que el descenso de categoría no ha hecho que se resienta el número de seguidores fieles tanto a nivel de socios como en asistencia al campo –el Espanyol cierra este sábado la campaña de abonados con más de 25.000 abonados, casi cuatro mil más que el año pasado en Primera, y también se ha superado la barrera de los 29.000 socios, casi tres mil más que el año pasado en la máxima categoría-, es una lástima no haber aprovechado esta coyuntura para reducir las diferencias entre el FC Barcelona y el RCD Espanyol, y que los blanquiazules no hayan podido dar un paso adelante para volver a ser como hace unas décadas el rival capaz de competir por la hegemonía del fútbol catalán. Sin embargo, y pese a la citada irrupción del Girona, no hay que olvidar que los espanyolistas, a lo largo de la historia, han conseguido cuatro veces proclamarse campeones de España, además de haber disputado dos finales europeas y que sigue siendo el quinto club que más temporadas ha jugado en Primera División, unos hitos que tienen a mucha distancia equipos como el Girona CF.