El Espanyol sigue sin reaccionar. Los blanquiazules encadenan cuatro derrotas consecutivas con las que cada vez se complican más la vida. En Montilivi volvieron a tirar la primera mitad y durante muchos minutos fueron superados por un Girona FC que siempre fue a por el partido. Solo una acción aislada, en la que Braithwaite empató el duelo, hizo creer ligeramente en que se podía puntuar. Pero cuando el partido estaba más abierto, el colegiado Ortiz Arias se encargó de sentenciar a un Espanyol que da la sensación de haber perdido 15 días. Los blanquiazules volvieron a dejar unas sensaciones muy flojas y encajaron un derrota muy dolorosa, aunque también merecida.
Ambos equipos afrontaban el partido con la necesidad de cambiar sus dinámicas. Mientras los pericos encadenaban tres derrotas, los gerundenses solo habían sumado uno de los últimos nueve puntos disputados. Y esto hizo que el partido empezara con intensidad. Empujados por un gran ambiente en las gradas, todos los balones se disputaban al límite. La intensidad le estaba robando el protagonismo al fútbol que brillaba por su ausencia.
El Girona FC no tardó en intentar sacar petróleo por su banda derecha. Tsygankov no dudaba en encarar a Óscar Gil y ponerle en aprietos. El dominio era local, ya que al Espanyol le costaba tener el balón. Y eso quedaba reflejado en que Sergi Darder, jugador que ha de marcar el termómetro del Espanyol, apenas tocó pelota en los primeros 15 minutos. Pese a que el conjunto de Michel tenía mucha más posesión, la realidad es que tampoco creaba peligro y los de Diego Martínez no pasaban apuros. Mientras los locales querían el balón y madurar la jugada, los espanyolistas preferían un juego más vertical para llegar rápido arriba.
Con el paso de los minutos, el Espanyol empezó a entrar en el partido y discutirle el juego a un Girona FC que durante los primeros 20 minutos fue el dueño del balón. Darder empezó a entrar más el partido y el conjunto perico comenzó a crecer algo y pisar más campo contrario. Y con el juego más igualado, el juego se abrió. En el 30’ Sergi Gómez estuvo providencial al sacar un balón muerto que se disponía a rematar Oriol Romeu dentro del área, tras un saque de esquina, y el posterior rechace lo remató Taty y atajó Pacheco. Y solo tres minutos después, Taty Castellanos tuvo la mejor ocasión del primer tiempo. El delantero le ganó la partida a los centrales y desde la frontal remató rozando el palo.
Con mucho en juego se entró en una recta final eléctrica. En el 38’Tsygankov, que estaba haciendo mucho daño por su banda, desde dentro del área le pegó fuera; en el 39’ Pacheco atajó sin problemas un disparo de Javi Hernández y en el 40’ Rubén Sánchez lo probó desde la frontal y su disparo salió fuera por poco. Con este intercambio de golpes finalizó una primera parte intensa en la que hubo más tensión que juego y ocasiones claras, y en la que el Espanyol priorizó tener la portería a cero. y no disparó entre los tres palos.
Sorprendidos en la reanudación
El segundo tiempo empezó con un Girona FC más atrevido que salió apretando arriba y encerrando al conjunto blanquiazul en su campo. Pero esto tenía un riesgo y el Espanyol pudo aprovecharlo en el 50′ al salir con peligro a la contra, pero Darder no acertó en su pase a Puado. El que no falló fue Arnau en el 53′. El ‘4’ gerundense controló un balón en la frontal, tras un rechace, y de primeras la rompió al fondo de las redes.
Con el marcador en contra el Espanyol tenía que modificar su plan inicial. Ya no valía esperar. Tocaba ir a por el gol. Pero no lograba tener un balón que monopolizaba el Girona FC. Las sensaciones blanquiazules no mejoraban. Lo que sí iba a más era la tensión sobre el verde. Había mucho en juego. Y en el primer remate entre los tres palos, Braithwaite empató el partido cuando peor estaba. Rubén centró al segundo palo, Puado remató de cabeza, para que el danés desviara el esférico al fondo de las redes. Una vez más, algún jugador de calidad salvaba a Diego Martínez.
Con el empate en el marcador el Espanyol parecía dar un paso al frente, pero cuando mejor estaba, el colegiado, decantó la balanza. Ortiz Arias primero obstaculizó a Puado y provocó la contra local, que acabó con la dura entrada de Sergi Gómez a Taty por la que vio la tarjeta roja. Y poco después señalaba un dudoso penalti a favor del Girona FC que transformó Stuani. Los nueve minutos de descuento fueron un querer y no poder de un equipo perico que sigue en caída y que está sin confianza. Toca tomar decisiones, ya que el futuro pinta negro tras haber encadenado cuatro derrotas por primera vez en toda la temporada.
Ficha técnica:
Girona FC: Gazzaniga; Arnau, Santi Bueno, David López, Javi Hernández (Miguel Gutiérrez, 77′); Oriol Romeu, Iván Martín (Stuani, 85′), Borja García; Tsygankov, Toni Villa (Rodrigo Riquelme, 70′) y Taty.
RCD Espanyol: Pacheco, Rubén Sánchez, César Montes, Sergi Gómez, Óscar Gil (Pierre Gabriel, 94′), Vini, Gragera (Denis Suárez, 62′, Nico Melamed, 94′), Darder, Puado (Calero, 85′), Braithwaite (Keidi Bare, 85′) y Joselu.
Goles: 1-0, Arnau (53′); 1-1, Braithwaite (74′) y 2-1, Stuani (p) (89′)
Árbitro: Ortiz Arias (comité madrileño). TA: Oriol Romeu (25’). Iván Martín (35’), Taty Castellanos (71′), Denis Suárez (82′), Calero (87′), Arnau (93′). TR: Sergi Gómez (82′)
Incidencias: Montilivi. 12.841 espectadores.