El Coliseum de Getafe abre sus puertas este sábado (21h) para recibir a un Espanyol en plena ebullición. Los de Manolo González llegan con la moral por las nubes tras sumar su tercera victoria consecutiva en Liga y cerrar el año en casa con otra demostración de oficio ante el Rayo. Todo lo contrario que el Getafe, que viene de una derrota en Villarreal donde no solo perdió el partido (2-0), sino también a Luis Milla por una expulsión que ha enfadado -mucho- a su técnico. José Bordalás lo dejó claro tras la batalla de La cerámica: “recibe una agresión. La agresión no tiene por qué ser una patada o un puñetazo”. Y fue más allá: “Si llega a pasar a la inversa, la roja es para un jugador del Getafe, no tengo dudas”. Afronta pues enfadado el conjunto azulón este penúltimo partido de año, e independientemente de los colores, no les falta razón, aunque en Can Perico también tenemos motivos de enfado al ver como nos han dejado sin Tyrhys Dolan por otra decisión arbitral difícilmente comprensible.
El Getafe de Bordalás, sin medias tintas
El equipo azulón es de esos que juega a su manera, sin pedir permiso y sin importante lo que puedan opinar los amantes del fino estilismo futbolístico. En Villarreal, controlaron buena parte del partido con su estilo habitual: mucha intensidad, pocos riesgos, y un ritmo lento y trabajado. Pero el plan se vino abajo con el golazo de Buchanan justo antes del descanso y se terminó de hundir con la roja a Milla nada más empezar la segunda mitad. Aun así, el Getafe no se descompuso, como bien quiso subrayar Bordalás: “Hemos sido generosos a nivel de esfuerzo y compromiso”. La sensación es que este Getafe nunca muere, pero este sábado llegan sin una pieza clave en el mediocampo y con la presión de reencontrarse con la victoria si quiere seguir mirando a Europa de cerca.
José Bordalás afronta este Getafe – Espanyol con el colmillo afilado y con el Coliseum como escudo. Llega con ganas de resarcirse tras lo ocurrido en Villarreal, y en la previa insistió en que su equipo debe “dar su mejor nivel” ante un rival al que no ha escatimado elogios. Para él, el Espanyol es “un equipo intenso, práctico, con un modelo claro” que atraviesa un gran momento. Aunque no quiso dar pistas sobre el plan de partido, sí dejó claro que espera un duelo duro, emocional y exigente. Lo que viene a ser una batalla marca Bordalás.
Más allá de lo táctico, el técnico azulón quiso reforzar la confianza en su plantilla, alabando a futbolistas como Mario Martín, de quien ha dicho que es “un chico con hambre, con metas grandes”, y restando dramatismo a la ausencia de Milla, asegurando que lo importante es el colectivo. También puso en valor el ambiente del Coliseum, que espera que sea una vez más ese motor emocional que empuje a los suyos: “Nuestra afición está siendo fundamental esta temporada”, dijo, convencido de que la respuesta será masiva este sábado. Todo apunta a que el Getafe saldrá con el cuchillo entre los dientes, sabiendo que enfrente llega un Espanyol lanzado… y que no le va a regalar nada.
Un Espanyol en modo serio
En el bando blanquiazul, la cosa pinta distinta. El Espanyol supo echar el cierre al RCDE Stadium por este año con una victoria sufrida pero merecida ante un Rayo Vallecano muy incómodo. El gol de penalti de Roberto -el cuarto en Liga del delantero andaluz- fue suficiente para sellar un 1-0 que vale mucho más que tres puntos. Manolo González no escondió su orgullo… y un punto perfectamente entendible de malestar: “Nadie se imaginaba todo esto. Tiene un mérito enorme y nadie nos lo da. Se viene de un ascenso complicado, de una salvación sufrida y se ha confeccionado una plantilla sin casi fichajes y gastando poco dinero”. La frase lo resume todo.
Una prueba de fuego que mide el carácter de un Espanyol en racha
El técnico perico, como siempre, fue claro en rueda de prensa. Aprovechó para poner en valor lo que está haciendo su plantilla sin necesidad de buscar excusas, y sobre el futuro inmediato fue realista pero ambicioso, una idea que reiteraba en la previa del encuentro ante el “Geta”.
Así, Manolo González comparecía en la previa del Getafe – Espanyol con ese tono que ya es marca de la casa: directo, convencido, y sin perder la calma ni cuando la actualidad empuja. Arrancó recordando que el Coliseum no regala nada, y que el partido ante un Getafe herido y cabreado por su derrota en Villarreal será una batalla emocional de las que enseñan mucho más que la clasificación. A pesar de las bajas de Dolan, Terrats y Puado, el técnico perico no se escuda en excusas: toca competir como siempre, con lo que hay. Reconocía que lograr una cuarta victoria seguida sería importante, pero quiso dejar claro que, más allá de la estadística, lo vital es mantener la mentalidad que ha llevado al equipo a ser quinto con 27 puntos. Un Espanyol que “sabe sufrir y competir”, según sus palabras, y que no se deja despistar por cantos de sirena como el debate europeo o la Champions. “Yo solo miro el partido de mañana”, zanjaba.
Gil Manzano, el estilo del Getafe y el plan sin retoques: todo está sobre la mesa
La presencia de Gil Manzano como árbitro no pasó por alto en la comparecencia de Manolo, y pese a ser claro prefirió no caldear el ambiente: “Es perfectamente normal que a la afición no le guste”, reconoció sincero, subrayando que su designación era evitable tras lo vivido en Mestalla. En cuanto al rival, mostró un respeto absoluto por Bordalás y su Getafe, desmontando con argumentos la etiqueta de equipo defensivo: “Defienden con la línea alta, generan ocasiones, compiten al máximo nivel”. Incluso defendió al club azulón ante los constantes tópicos que suelen aparecer tras sus victorias: “Si todo el mundo critica cosas del Getafe, que lo ganen”. También analizó con contundencia la roja a Milla en Villarreal, que a su juicio no debió serlo, para recalcar que, con o sin el centrocampista azulón, el plan de partido del Espanyol no cambia. En su discurso no hubo florituras: solo fútbol, trabajo colectivo y confianza total en una plantilla que -según él- cree en lo que hace como pocas. “La clave son los futbolistas”, repetía cuando recibió un elogio por su labor.
Un duelo de estilos en un campo siempre incómodo
Este Getafe – Espanyol tiene todos los ingredientes de un duelo denso, de esos que se cocinan sin prisas. Los de Bordalás suelen hacer del Coliseum un campo en el que todo se ralentiza y cada balón dividido vale su peso en oro. El Espanyol, que este curso ha aprendido a sufrir y a ganar sin necesidad de dominar, llega preparado para esa batalla. Lo hará sin Dolan, sancionado, y con la duda de si Pol Lozano forzará la quinta amarilla para estar en el derbi del 3 de enero ante el Barça, Manolo deberá decidir bien cómo manejar los tiempos. Pase lo que pase, lo que está claro es que el equipo ha recuperado algo aún más importante que los puntos: la fe.
