La pasada semana los medios nos hacíamos eco de un comunicado emitido por el RCD Espanyol anunciando que había rescindido el contrato con Stage Front, empresa norteamericana de ticketing que en función de un acuerdo por la venta del ‘naming right’ del estadio había dado nombre al RCDE Stadium; la entidad blanquiazul anunció también en su nota oficial que emprendería acciones legales contra Stage Front por un supuesto impago e incumplimiento del contrato dando por finalizado dicho acuerdo.

Fuentes de Stage Front, por su parte, niegan la versión dada por el Espanyol, e insisten que han sido ellos y no el club perico quienes han resuelto la mencionada relación contractual, argumentando que los incumplimientos han sido por parte de la entidad y no de ellos. En concreto, defienden que “fue Stage Front quien, con fecha 10 de junio de 2024, se vio obligada a resolver el Contrato con fundamento en el incumplimiento esencial del mismo por parte del RCDE”. Consideran desde Stage Front que el Espanyol habría incumplido “la obligación de permitir la venta de un número mínimo de entradas a un precio igualmente mínimo de en torno a 50 euros, de forma exclusiva, a través de la plataforma tecnológica de venta de entradas de Stage Front”, que era parte del “pacto esencial por el que Stage Front aceptó formalizar el Contrato con el RCDE”. Dicho de otra manera, y siempre según Stage Front, el club no habría permitido vender, en exclusiva, el número mínimo de entradas a través de su plataforma tal como defienden refleja el contrato.
