Arranca una semana muy movida para el Espanyol, de esas que marcan el rumbo de una temporada en el campo e incluso van más allá por su trascendencia en el terreno institucional. A nivel de despachos, el club vive un momento histórico: este martes, Alan Pace dará la cara por primera vez ante la afición blanquiazul para explicar qué planes tiene para el club. Y a nivel deportivo, la plantilla de Manolo González vuelve a la competición el viernes en el Carlos Tartiere con la urgencia de reencontrarse con la victoria. Muchas emociones con dos citas clave para solo cinco días.
Casi un mes sin ganar: la victoria se resiste
Han pasado ya 29 días desde que el Espanyol celebró su último triunfo liguero. Fue aquel 3–2 frente al Mallorca, el 15 de septiembre.
Desde entonces, el equipo ha entrado en una dinámica incómoda a nivel de resultados: derrota en el Bernabéu (2–0), empate en casa ante el Valencia (2–2), otro punto raspado contra el Girona (0–0), y el último revés, en casa y con sabor amargo, ante el Betis (1–2). No son partidos en que haya habido un mal juego, ni mucho menos, pero los números mandan: dos de los últimos doce puntos. Y eso, aunque no encienda alarmas porque la propuesta es fiable y el equipo cree sin fisuras, sí plantea la necesidad de acabar con esta dinámica a nivel de marcador.
El Tartiere, una visita con recuerdo perico
Y para romper la racha, nada mejor que un rival con un componente especial. Este viernes (21h), el Espanyol visitará al Real Oviedo, un rival que trae buenísimos recuerdos a la afición. Fue precisamente ante el conjunto asturiano, el 23 de junio de 2024, no hace aún año y medio, cuando el equipo blanquiazul selló su regreso a Primera en una noche mágica de Sant Joan. Aquel 2-0, con doblete de Puado, forma ya parte de la historia reciente del club.
Pero esto no es una fiesta: es un partido en el que hay que sumar de tres, sí o sí, y el campo carbayón es un terreno que no se le da especialmente bien a los blanquiazules: en Primera división Espanyol y Oviedo se han visto las caras 35 veces en tierras asturianas, con 7 victorias del Oviedo, siete empates y hasta 21 derrotas, es decir, un 60% de veces ha perdido allí el Espanyol. El último triunfo perico en Primera del RCDE data del 1995: un 1-2 con goles de Carlos por los locales, y Radiocioiu y Bogdanovic por los pericos. Desde entonces, dos derrotas y tres empates, el último en la última visita, un 2-2 en 2001, goles de Oli y Dorde Tomic por los locales, y Sergio González y Tamudo por los pericos. En el banquillo blanquiazul estaba Paco Flores.
En Segunda división el RCDE ha visitado Oviedo en 4 ocasiones, con solo una victoria, el año 2020. Antes, derrota 2-0 en el 1970, derrota también en la fase regular de la 2023-24 (jornada 18, 2-0) y también en la ida de la final del play-off de ascenso (1-0)-
Mucho ha cambiado desde aquella final
Comparar aquel once de la final con el que saltará al césped este viernes es casi un ejercicio nostálgico. Del bloque titular de entonces, solo un puñado de nombres podrían repetir en el once. Cabrera sigue siendo el patrón de la defensa. Pere Milla también apunta al once, aunque en una posición distinta. En el lateral zurdo, Carlos Romero ocupará el lugar que dejó libre aquella noche Brian Oliván. Y arriba, lo más doloroso: no estará Puado, el héroe de aquella noche, porque una lesión en la rodilla le tendrá varias semanas KO. El propio jugador quiso tranquilizar con un mensaje en redes: “1️⃣ día menos para volver más fuerte!!! 💪🏽⚒️🤍💙”. Pero la baja pesa, y mucho.
Puado KO: Manolo debe reinventarse
La ausencia del capitán obliga a Manolo a mover fichas. ¿Buscará un recambio natural en banda? ¿Optará por reforzar el centro del campo? El técnico no suele tirar de dos extremos abiertos, así que no se descarta un cambio de dibujo o una apuesta por un perfil más interior que compense el vacío de Puado sin perder equilibrio. Hay alternativas: Koleosho, Milla, Terrats, incluso Urko para dar músculo en la medular. Toca pensar muy bien el plan.
Martes: Alan Pace y las primeras palabras del nuevo dueño
Antes, este martes, a las 12:00h en el RCDE Stadium, se presenta oficialmente el nuevo proyecto de Velocity con Alan Pace al frente. No es solo un acto institucional: por fin el espanyolismo podrá escuchar de boca del propio inversor qué ideas, tiempos y prioridades tiene para el club. La compra se cerró durante del parón, y desde entonces se ha generado una mezcla entre ilusión, curiosidad y ganas de pasar página tras la etapa de Chen. Ciertamente las expectativas están muy altas, y la presentación del martes será clave para empezar a poner cara y propósitos a esta nueva etapa.
Un calendario que aprieta: toca sumar ya
Volviendo al terreno puramente deportivo, después del Oviedo, el Espanyol recibe al Elche, visita al Alavés, y luego se juega dos partidos seguidos en casa ante el Villarreal y el Sevilla, ante los hispalenses ya después de la última fecha FIFA. Este tramo ha de marcar claramente dónde estará el equipo al llegar el siguiente parón, y por qué objetivos puede luchar este curso. Ganar fuera sería oxígeno, pero yendo más allá hacerse fuertes en casa será vital. Cornellà-El Prat tiene que volver a ser una caldera en un momento en que el equipo necesita victorias. Y si puede ser con buen fútbol, mejor.
Ni euforia ni drama: toca competir
Dentro del vestuario las voces que hemos oído estos días lo tienen claro, y reflejan que no caben dudas: el camino es largo y pese a que los resultados no han reflejado todo lo que ha hecho el equipo, se sigue creyendo sin fisuras en la propuesta futbolísticas de un Manolo González que se ha ganado a pulso y con hechos tener todo el crédito. De todos modos, el propio técnico es el primero que sabe que el buen inicio de temporada dio aire, pero que no es momento ni tampoco hay tanto margen como para vivir de rentas. Hay que mejorar en área rival, recuperar eficacia y aumentar la solidez para dejar de encajar goles evitables; el gallego marcó claramente el camino tras la derrota ante el Betis. No hay motivos para el pánico, ni de lejos, pero sí se debe subir el listón. Porque esta categoría tan competitiva no perdona, y si bajas medio escalón, lo pagas.