En 5 días se cumplirá el primer aniversario sin la reina Isabel II. Desde su fallecimiento, el intimidante himno inglés, cambió el “queen” por “king”. De un modo más humilde, dos futbolistas hicieron su propia versión, el “Dios ‘Salvi’ a Calero”, en tarde de épica y ansiolíticos.
Desentonado Pacheco, que pasa de la heroicidad en el Belmonte a la transparencia.
Ha caído Omar como los gatos: de pie.
Será por el físico que descuidan la guardia de Calero en balón parado y el pucelano se aprovecha para liderar el pichichi.
En defensa de Cabrera, bravo por la entereza que mostró soportando el ventilador que llegaba desde la grada.
Eran los mejores minutos de Brian y la lesión, desató la tormenta: Ramón Ramos. Del asombro se pudo pasar a la comedia, pero reinó la cordura en el chaval.
Demasiadas veces va ligado el renovar y fallar. Pol, cómplice necesario del 0-1.
Las dos caras del equipo fueron las dos caras de Keidi. Mal en la primera y vital en la segunda.
Arriba siempre habrá tres con pólvora; Nico debe dar el paso adelante y liderar a los 4 fantásticos.
Siguió Jofre en balance positivo, mejorando esta vez en regate parado.
La tarde gris se la repartieron a medias entre Milla y Puado, forzados a hacer de nueve.
La esperada reacción vino con los de refresco: Salvi mantuvo lo de Jofre y se apuntó el empate, Braithwaite buscó la redención que otro marcador no sé si lo habría indultado, mientras Expósito le cogía el tempo a su propio fútbol. Keita Balde, con trazas de Balotelli, quizá aprovecha la lesión para finalizar la mudanza.
Los autores del naming right de la segunda división, lo han clavado: Hypermotion. Porque no me negarán que la remontada tuvo mucho de ello y también de aviso a navegantes. Casi se trunca la ilusión con la que llegamos. Si quieren una recomendación, sigan el dogma de Benjamin Disraeli, escritor britanico: “estoy preparado para lo peor, pero espero lo mejor”. Y viceversa.
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