El partido se presentaba como una final para algunos pericos y como un partido importante para otros, que consideran que aún queda bastante, pero resultó ser una gran decepción para todos. El Espanyol en muchos momentos no supo cómo jugarle a un Real Celta, que demostró que está atravesando por un gran momento, y se complicó mucho la vida. Y la derrota ante el conjunto celeste (1-3) le deja en una complicada situación en la clasificación antes del parón internacional. La libreta de los técnicos esconde misterios, decisiones técnicas de diván imposibles de comprender para el resto de los mortales. Solo así se entiende que a Diego Martínez le cueste darse cuenta de que este Espanyol en muchos partidos no juega a nada. Lo que sí se ha dado cuenta la afición es que esto no va y que este técnico y proyecto ya no tienen recorrido porque las sensaciones son muy preocupantes.
Con la única novedad de Denis Suárez por José Gragera, respecto al once que salió la semana pasada en el Santiago Bernabéu, el Espanyol salió a buscar una victoria que le devolviera la tranquilidad tras perder sus dos últimos partidos. Ambos equipos llegaban con necesidades pese a tratarse a dos de los mejores equipos desde que volvió la competición tras el Mundial de Catar. Querían alejarse de los puestos de descenso.
El partido empezó muy equilibrado, con ambos conjuntos intentando aplicar una presión adelantada. Pero el Real Celta no tardó en empezar a hacerse con el control. Los de Carlos Carvalhal buscaban mover al Espanyol para encontrar algún hueco en la defensa blanquiazul. Con el paso de los minutos, los de Diego Martínez intentaron tomar la iniciativa, pero sin acierto.
Pese a estar sobre el verde Joselu y Iago Aspas, dos de los mejores delanteros centros españoles y ambos convocados con la selección absoluta, en los primeros 25 minutos las ocasiones de gol brillaron por su ausencia. Solo destacar un remate de Darder en el 23’ que atajó sin demasiados problemas Iván Villar. Y poco después, en el 26’, la ‘joya’ del Real Celta inauguró el marcador. Gabri Veiga no controló bien dentro del área, pero reaccionó a la perfección y con un gran golpeo colocó el esférico lejos del alcance de Pacheco. El canterano vigués golpeaba con dureza a un Espanyol que quedó tocado.
El partido muy cuesta arriba
Los blanquiazules no estaban en el partido. Lo intentaban más con el corazón que con la cabeza. No encontraban espacios con los que poder hacer daño. Y en una de sus pocas llegadas, en el 34’ pidieron penalti por unas posibles manos de Hugo Mallo que el colegiado no consideró punible. Poco más hicieron. Donde no dudó Cuadra Fernández fue en una acción dentro del área del Espanyol. Carles Pérez le ganó la partida a Cabrera y el uruguayo lo derribó dentro del área. Penalti clarísimo que Iago Aspas transformó. El partido se ponía muy cuesta arriba para los de Diego Martínez que se iban al descanso con caras muy largas después de que el Real Celta diera un paso de gigante en los últimos minutos.
Al Espanyol no le quedaba otra que echar el resto, y tras el descanso salió con solo tres defensas en busca de meterse en el partido. Pero en el 50′ fue el Real Celta el que pudo volver a marcar en dos ocasiones. Primero Óscar Gil desvió un remate que entraba y después Seferovic remató alto desde dentro del área pequeña.
Los blanquiazules necesitaban un gol para conectarse al partido. Empujados por la afición, que era consciente de lo mucho que había en juego, el Espanyol quería demostrar que estaba vivo. Empezó a encerrar al Real Celta en su campo, pero les faltaba acierto en el último pase. Y remate. Como en el 59′ cuando Rubén la puso rasa al segundo palo, pero Joselu, con Iván Villar vencido, disparó fuera. Y con esta acción el Espanyol empezó a perder la fe.
Diego Martínez movió el banquillo en busca de soluciones. Apostó por meter a casi todos sus jugadores más ofensivos y jugones, pero nada surgió efecto. El equipo estaba sin alma. El partido estaba sentenciado y el Espanyol fue muriendo poco a poco. Y la afición mostró su descontento. Primero con el técnico, con gritos de ‘Diego vete ya‘ y también pidiendo la división de la directiva. En medio de la decepción en la grada, el conjunto celeste bailó a la defensa perica para anotar el tercero y provocar que la afición estallara y abandonara el campo. Con todo decidido, a poco para el final, Gragera cazó un rechace dentro del área pequeña para anotar el tanto del honor.
Ficha técnica:
RCD Espanyol: Pacheco, Óscar Gil, Sergi Gómez (Edu Expósito, 72′), César Montes Cabrera (Puado, 46′), Rubén Sánchez (Aleix Vidal, 72′), Vini (Gragera, 54′), Darder, Denis Suárez (Nico Melamed, 64′), Braithwaite y Joselu.
RC Celta de Vigo: Iván Villar, Hugo Mallo, Aidoo, Unai Nuñez, Galán, Carles Pérez Solari, 88′), Fran Beltrán, Gabri Veiga (Cervi, 70′), Luca de la Torre (Tapia, 70′), Iago Aspas (Paciencia, 88′) y Seferovic (Larsen, 60′)
Árbitro: Cuadra Fernández (comité madrileño). TA: Darder (31’), Cabrera (43’), Galán (62′)
Goles: 0-1, Gabri Veiga (26’); 0-2, Iago Aspas (p) (44’); 0-3, Carles Perez (83′); 1-3, Gragera (87′)
Incidencias: RCDE Stadium. 26.231 espectadores.
Discusión sobre este post