En la locura semanal del fútbol, se aparecen las primeras rondas de Copa, a veces engorrosas y otras edificantes. Rotaciones, presión añadida, campos en lugar de estadios … Afrontarlos con respeto y seriedad, es una exigencia mínima y si esto conlleva apaciguar el primer brote de crisis, se da por bueno.
La calidad de la imagen impidió ver en todo su esplendor la buena parada final de Joan, del que llevamos cuatro temporadas llamándole portero de futuro.
La defensa no fue generosa como los ‘mensajeros de la paz’; Marc ganará adeptos aun estando pendiente de mayor evolución; Calero y Cabrera, captadores habituales de disgustos, vivieron plácidamente y Ramon equilibraba a brincos la irregularidad del césped.
Al ‘Mensajero’ lo empezó a matar la brega de Keidi; Expósito fue visible solamente en la tangana y Lazo encontró algo de brillo por dentro y al espacio.
A Salvi se le debe dar una utilidad y puede aportar sorpresa; Omar chocaba porque se desempeñaba en la misma categoría que el rival y Keita mejoró porque venía de unas notas mínimas.
La mejor noticia fueron los 45’ de Roger convertido en ‘mensajero del futuro’. Gragera probó de central en busca de soluciones y Joan Puig, Álvaro y Jofre, agradecieron la participación tras meterse el viaje de avión más largo del año.
En el peor momento, una victoria lógica templa momentáneamente los ánimos. No pareció peligrar en ningún momento y será hasta diciembre el momento de aparcar la competición del KO. Lo mollar vuelve el viernes, con pocos días de descanso y con las piezas principales descansando en casa. Quizá por eso, haya que dar por bueno cuando consigues una clasificación sabática, porque no estamos para ir despreciando oportunidades de ser felices.