El mayor escándalo de la historia del fútbol español lo ha protagonizado, cómo no, el FC Barcelona. Esta semana se ha destapado una información que afecta gravemente al club azulgrana: la entidad barcelonista pagó, entre 2016 y 2018, 1,4 millones de euros al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira. El pago a dicho excolegiado se venía repitiendo desde 2001 por supuestas ‘asesorias verbales’.
Se trata de una infracción gravísima que podría, o más bien debería, acabar con un descenso del FC Barcelona, al estilo de lo que sucedió con la Juventus FC en Italia tras el ‘Calciopoli’. Pero según los estatutos de la RFEF, el delito ya ha prescrito y el club azulgrana solo puede ser castigado por la justicia ordinaria.
Se trata de un claro caso de manipulación de la competición, tanto en LaLiga Santander como en la Copa del Rey. Pero, pese a eso, ningún club ha dado su versión ni su punto de vista. Tampoco lo ha hecho el Espanyol, que no se pronunciará a expensas de lo que acabe ocurriendo con esta trama, más propia de una película mafiosa que de un deporte.