Hace justo un año el Espanyol era penúltimo con 15 puntos. Hoy suma 33 y roza la Champions. El cambio no se explica solo por los números, que ya de por sí son brutales, sino por todo lo que hay detrás: trabajo, fe, y un proyecto que, contra todo pronóstico, aguantó en pie cuando más temblaba.
El club apostó por mantener a Manolo González tras una primera vuelta muy dura y, lejos de rendirse, el técnico supo reaccionar. Supo unir a una plantilla golpeada, a una afición harta de sufrir, y a una dirección deportiva que tenía que reinventarse sin su jugador franquicia, Joan García. Todo eso, junto, es lo que ha hecho que el Espanyol sea hoy uno de los equipos más competitivos del campeonato.
1. Un entrenador con las ideas clarísimas
Manolo ha conseguido lo que parecía imposible: que el Espanyol compita siempre. En casa o fuera, con balón o sin él, en bloque alto o defendiendo en el área, el equipo tiene un plan y lo ejecuta. Eso, en Primera, ya te pone por delante de media tabla.

La presión tras pérdida es agresiva, los ataques son verticales y, cuando toca cerrar líneas, todos bajan a defender con el cuchillo entre los dientes. El gol de Pere Milla en San Mamés, por ejemplo, nace de una acción de pura fe de Dolan. No hay jugada que no se pelee. No hay partido que se tire.
2. Dmitrovic, el muro que lo cambió todo
Cuando Joan García se fue al Barça, muchos pensaron que se acababa el mundo. Pero llegó Marko Dmitrović… y tapó todos los agujeros, ademas de mucha sbocas. El portero serbio ha salvado puntos con sus paradas, ha dado calma al equipo desde atrás y, sobre todo, ha hecho olvidar a un jugador que era símbolo.

En este primer tramo de temporada ha dejado actuaciones de escándalo, y su jerarquía se nota. Es uno de los grandes responsables de que este Espanyol solo haya encajado 17 goles en 17 jornadas, frente a los 30 de hace un año por estas fechas.
Dmitrovic suma ya siete porterías a cero, una cifra que solo mejora Thibaut Courtois (8) en todo el campeonato.A pesar de que el grueso de sus puntos los ha conseguido en casa .19 de los 33 totales-, el Espanyol está rindiendo a muy buen nivel lejos de Cornellà-El Prat, y es junto al Celta el equipo que menos goles ha encajado como visitante (7). Algo en lo que mucho tiene que ver el buen hacer del meta serbio.
3. Defensa de hierro, con Romero como estrella emergente
También hay que destacar el papel de la línea de atrás, de la defensa, evidentemenet. Carlos Romero está desatado: lleva tres goles, da asistencias, sube como un cohete y baja como un central. El lateral zurdo se ha convertido en uno de los mejores en su puesto en toda LaLiga, y ya suena para la selección.

Junto a él, una zaga que funciona como un bloque. Calero y Cabrera viven uno de sus mejores momentos como pareja. Y Omar El Hilali, segundo jugador con más minutos del equipo, ha demostrado que ya no es una promesa: es una realidad.
4. Un balón parado que da puntos
Una de las armas secretas del Espanyol está en las jugadas ensayadas. Ocho goles han llegado a balón parado, cuatro de córner, tres de penalti, dos de falta y otro tras saque de banda, más que cualquier otro equipo de la categoría, y eso no es casualidad sino del trabajo que hay destrás de la mano de Manuel Sánchez y Gerard Garrido, como bien quiso destacar MAnolo en la previa de la visita a San Mamés.
Tampoco hay que quitar mérito a los ejecutoes de esa estrategia en el verde: el pie de Edu Expósito y el remate de Cabrera han creado una sociedad letal que ha dado victorias.

En partidos cerrados, sin espacios, estas acciones marcan la diferencia. Y el cuerpo técnico del Espanyol ha trabajado este aspecto como pocos en lPrimera división.
5. Un equipo con pegada, sin necesidad de un ‘9’ top
Lo curioso de este Espanyol es que no tiene un delantero centro goleador al uso… y aun así lleva 22 goles en 17 partidos. La explicación está en el reparto. Pere Milla ha marcado seis goles, pero también han aportado Roberto Fernández, Dolan, Expósito, Romero… Aquí todos mojan.

Roberto, además, suma seis asistencias. No es el más vistoso, pero sus movimientos generan ocasiones y espacios. La responsabilidad ofensiva está bien distribuida, y eso complica mucho a los rivales.
6. Un equipo que se adapta a todo
Hay algo que repiten muchos rivales: “el Espanyol es muy incómodo”. Y lo es porque puede jugar a casi todo. Puede presionar arriba, puede replegar, puede jugar directo o combinar. Se ha vuelto versátil, flexible, y sobre todo, inteligente en la lectura de los partidos.

Han ganado a equipos como el Atlético de Madrid (2-1), al Athletic en San Mamés (1-2), y han rascado puntos en plazas como Anoeta. Solo han perdido cuatro partidos de diecisiete. La consistencia ya no es una excepción. Es la norma.
7. El RCDE Stadium, un fortín otra vez
Después de años sin hacer de casa un lugar fiable, Cornellà vuelve a ser una garantía. El Espanyol ha sumado 19 puntos como local (seis victorias, un empate, dos derrotas). Es el sexto mejor equipo en casa… pero es que fuera aún va mejor.

8. El Espanyol también sabe golpear a domicilio
Con 14 puntos lejos de casa, el Espanyol es el cuarto mejor visitante de toda LaLiga: sólo lo superan Celta (15), FC Barcelona (19) y Real Madrid (21). Esto, hace un año, era ciencia ficción. El peor visitante del campeonato, con un solo punto en nueve salidas. El salto es brutal.
9. El carácter de un grupo unido
Más allá del sistema o los goles, hay algo que no se entrena y que el Espanyol ha recuperado: el alma. Este equipo transmite, lucha, no se esconde. Desde el banquillo hasta la última rotación, todos saben lo que hay que hacer y todos suman.
El Espanyol no se rinde nunca. Ha sumado siete puntos a partir del minuto 75, el mejor registro de toda la competición, y además ha sido capaz de rescatar siete puntos en partidos que empezó perdiendo, con un balance de dos victorias, un empate y cuatro derrotas. Un dato que refleja carácter y fe… solo por detrás del Barça en este apartado.

Es mérito de Manolo, pero también de los jugadores, que han creído en lo que se les pedía. Nadie se ha bajado del carro. Y cuando eso pasa, los milagros dejan de ser milagros y se vuelven resultados.
10. Dirección deportiva con un destacado grado de acierto
Fran Garagarza, ahora obligado a estar apartado de la primera línea, ha sido clave en esta historia. Supo reforzar el equipo en invierno para salvarse, y volvió a acertar en verano. Dmitrović, Kumbulla, Carlos Romero, la renovación de Puado…

Todo en sintonía con el cuerpo técnico y sin grandes alardes. Un trabajo silencioso pero efectivo. El Espanyol ha encontrado una estabilidad que hacía años no tenía en los despachos, aunque por desgracia el estado de salud del de Mutriku, delicado tras un gran susto de salud, preocupa y mucho en el entorno perico.
Y ahora, ¿por qué no soñar?
Después de dos descensos en tres años, pensar en Europa suena a locura. Pero es que el Espanyol cierra 2025 con 33 puntos, en quinta posición, y siendo uno de los equipos más fiables del torneo. Lo de este año ya no es casualidad. Es una feliz, felicísima realidad.
El reto es mantener la regularidad. Queda mucho por delante, sí. Pero si el equipo sigue igual de sólido, si no se cae en invierno y si se acierta con algun pequeño retoque en enero… ¿quién dice que no pueden conseguir meterse en Europa? Soñar es gratis. Y, por primera vez en mucho tiempo, tiene sentido.
