Hace poco más de un año, el Espanyol salió de San Mamés tras enfrentarse al Athletic Club con la cabeza gacha y un humillante 4-1 que hizo mucho daño, y significó el inicio de una mala racha de resultados que estuvo a punto de llevarse por delante el proyecto de Manolo González. Fue una de las derrotas más duras de la pasada temporada, con el técnico, caroacontecido en sala de prensa, reconociendo que no se había dado la talla y que, haciendo una profunda autocrítica, su planteamiento no había salido bien.

Ahora, en este final de 2025, el escenario se repite: otra vez toca visitar al Athletic, otra vez en Bilbao, pero esta vez las sensaciones son muy distintas. El cuadro perico se plantaba en La Catedral tras 5 derrotas, dos empates y tres victorias, todas ellas en casa, que lo habían situado cuatro puntos por encima del descenso. Tras la derrota en San Mamés, esa distancia respecto a la zona roja se estrechaba a dos puntos, y significaba el inicio de una pésima racha de 4 partidos perdidos -ademas del 4-1 ante el Athletic Club, se encadenarían 4 derrotas frente a Sevilla, FC Barcelona y Girona, que dejaban al equipo en zona de descenso y con el puesto de Manolo pendiendo de un hilo. Hoy, aquel conjunto a la deriva es un bloque serio, en buena dinámica y afianzado en la parte alta de la tabla. El Espanyol ha cambiado. Y mucho. Parece que alguien le hubiese dado la vuelta a la situación como si de un calcetín se tratase.
Aquella tarde negra del 4-1 en San Mamés
El partido de octubre de 2024 fue una pesadilla desde el minuto cinco, cuando Vivian marcó el primero tras un saque de falta. En apenas media hora, el Athletic ya ganaba 3-0 y el Espanyol no daba señales de vida. En la segunda parte, pese a un tímido intento de reacción, los de Valverde marcaron el cuarto y solo un gol de falta de Tejero en el descuento maquilló el marcador.
Manolo habló claro tras el partido: “El gol nos ha hecho mucho daño” y “hay que hacer autocrítica todos”.
Fue un toque de atención muy serio. Aquel Espanyol estaba claro que no funcionaba y la imagen que se estaba dando dolía.
Una clasificación muy distinta un año después
En aquel momento, el Espanyol rondaba el descenso, no conocía la victoria a domicilio y acumulaba más dudas que certezas, y comenzaba una bajada a los infiernos que culminó con otra derrota si cabe más humillante, la sufrida en Montilivi. Todo ello hizo que se llegase a hablar muy seriamente de la posibilidad de la destitución, aunque finalmente Manolo siguió en su puesto, y tras reunirse con los suyos nacía una conjura en la que se decidía dar un paso atrás en la idea del gallego, y rearmar al equipo dando un paso atrás. La idea afortunadamente dio sus frutos y en la segunda vuelta del campeonato el equipo supo salir del descenso, pese a que como «castigo» hubo de esperarse a los últimos 45 minutos de la temporada para certificar matemáticamente el descenso, pero las bases para reconstruir el equipo estaban sentadas. Sólo hay que ver cuál es hoy la situación del Espanyol.

Hoy, tras 16 jornadas de Liga, los de Manolo González son quintos, con 30 puntos, y vienen de encadenar cuatro triunfos seguidos. El Athletic, por su parte, también pelea por Europa, pero ya no es ese fortín imbatible en casa: esta temporada ha pinchado en San Mamés ante rivales como el Alavés, que se llevó los 3 puntos (0-1), al igual que el Getafe (0-1) o el Real Madrid (0-3), e incluso el Girona rascó un punto (1-1). En cambio cuando recibió el pasado curso al RCDE el equipo vasco sólo había perdido una vez en sus anteriores 23 partidos en casa en LaLiga, con un balance de 14 victorias y 8 empates. Esta sola derrota tuvo lugar en agosto de 2024 frente al Atlético de Madrid; los colchoneros se llevaron el triunfo por un ajustado 0-1. Aparte de eso, nadie había sido capaz de llevarse los 3 puntos de la Catedral, y muchos equipos, como el Espanyol, salieron del bonito estadio de los leones habiendo recibido un serio correctivo. El contexto ha cambiado, y mucho. Por suerte.
Comparativa de onces: del caos al orden
Aquel once inicial perico estaba formado por Joan García, Omar, Kumbulla, Sergi Gómez, Brian Oliván, Carlos Romero, Gragera, Pol Lozano, Král, Jofre y Véliz; también jugaron Walid Cheddira, Leandro Cabrera, Pere Milla, Cardona y Tejero. Un equipo con rotaciones, presencia de jugadores que algunos hoy no son titulares o, la mayoría, ni siquiera están en el club; en cambio, algunos de los que ocupaban el banquillo hoy día son piezas imprescindibles en el once titular blanquiazul. La previsible alineación titular de este lunes lo forman piezas mucho más asentadas; hay una estructura más definida y un equipo mucho más competitivo.

Ahora el conjunto perico llega con la ambición de seguir creciendo y consolidarse en la zona europea. Manolo ha transformado un grupo frágil en uno fiable. “Hay que dar la mejor versión cada semana”, decía entonces el técnico perico. Pues bien, eso es exactamente lo que está pasando esta temporada. El grupo compite, no se arruga, y aunque aún queda mucho por delante, el salto es evidente.
Una visita que ya no asusta igual
San Mamés sigue siendo un campo complicado, pero ya no parece una muralla infranqueable. El Athletic ha mostrado algunas grietas en casa, y el Espanyol llega con la moral por las nubes. Además, el historial perico en Bilbao no es tan malo: cuatro victorias en las últimas once visitas, incluyendo el 0-1 de Braithwaite en 2022 y la goleada mítica por 0-4 en 2013. Es un campo grande, pero no imposible. Y este Espanyol parece convencido de que puede rascar algo.

El lunes, un termómetro del crecimiento
El choque ante el Athletic será es este sentido una prueba para medir hasta dónde puede llegar este nuevo Espanyol. Si el equipo logra puntuar en Bilbao, será una confirmación más de que el cambio no es solo de sensaciones, sino de resultados. Y si no, al menos queda claro que la foto actual dista muchísimo de la de hace un año. De aquel 4-1 que escocí al lunes, donde los pericos llegarán con la cabeza muy alta y con ganas de dar mucha, muchísima guerra.
