El caso de Ramon Ramos ejemplifica a la perfección lo que es caer de pie en una afición. Desde su llegada al RCD Espanyol, el brasileño ha sido mimado por la grada perica, a la que agrada un hombre de sus características, en especial la alegría y desenvoltura con la que se proyecta en defensa. Ello no puede esconder que en cambio a nivel defensivo tiene evidentes carencias, y que desde su aparición en el lateral izquierdo en sustitución del lesionado Brian Oliván el equipo ha encajado hasta seis goles, dos contra la SD Amorebieta, uno del Levante UD y tres del CD Eldense. Por el contrario, con Oliván sobre el verde, el conjunto blanquiazul solo ha recibido uno. Además, de manera más sobria que el brasileño pero tremendamente efectiva, Brian Oliván también interviene en ataque: las ocho asistencias firmadas el pasado curso le convirtieron en unos de los defensas de Primera que más participaron en los goles de su equipo. Parece que la destelleante aparición de Ramon será pues efímera ya que la recuperación de Oliván debería significar la suplencia del brasileño.
Brian Oliván y Ramon Ramos, dos casos diferentes en el Espanyol
A diferencia de Ramon que llegó solamente cedido por una temporada sin opción de compra, por lo que es una operación totalmente a corto plazo, momentánea para esta temporada en Segunda, Brian Oliván está destinado a ser una pieza importante en el Espanyol 2023-24 tras su participación en la pasada temporada, en la que tras llegar del Mallorca jugó un total de 33 partidos entre Liga y Copa, anotando 1 gol y repartiendo las citadas asistencias. En pretemporada pudimos escuchar a un jugador convencido y comprometido, sin dudas, y tras haber sido una de las claves en sentido negativa para explicar el porqué del descenso -su lesión coincidió con una pésima racha de ocho partidos sin ganar, con siete derrotas y un empate, hasta que regresó al verde- ahora ha de serlo en sentido positivo para conseguir el objetivo del retorno a Primera.