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La lista de malas decisiones y errores en el Espanyol desde la marcha de Rubi

Desde el verano de 2019 en que Rubi sale traumáticamente del Espanyol, no ha habido forma de construir un proyecto definido. Los últimos ejemplos: Diego Martínez, decepción total y absoluta, y Catoira, el gran señalado

por lagradaonline
2 de junio de 2023
Joan Francesc Ferrer 'Rubi', el triunfo de una idea

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Del Espanyol de Rubi al de Manolo González: misma ilusión, distinta historia

Este domingo Joan Francesc Ferrer Rubi vuelve al RCDE Stadium para disputar con su Almería y ante el Espanyol una auténtica final; el pasado domingo su empate ante el Valladolid dejaba al cuadro indálico sin poder garantizarse la permanencia, por lo que necesitan sumar los tres puntos ante el conjunto blanquiazul para evitar estar pendientes de otros resultados. No habrá pues demasiado tiempo para sentimentalismos para este perico de corazón, como se definió en su día ante las cámaras del añorado PericosOnline.tv, pero sin duda no podrá evitar sentir algo especial al volver a un estadio donde se le quiso y se le valoró, si no la gerencia, al menos sí la afición. Es más: muchos apuntan a un año y a un momento concretos, el 2019 cuando Borja Iglesias y el propio Rubi dejan el Espanyol, como el punto concreto del inicio de la deriva negativa que se ha instalado en Cornellà-El Prat. Al menos, con él y el respaldo claro de la dirección deportiva había un proyecto definido, y las ideas de hacia donde se debía ir parecían claras, y desde entonces lo cierto es que no se ha podido construir un proyecto identificable y tan sólo han existido parches para capear las múltiples crisis instaladas en la entidad que se han desvelado mayoritariamente erróneas.

Rubi sale del Espanyol, y se acaban los proyectos definidos

Hace poco más de cuatro años, el ahora técnico del Almería, Rubi, salía a hombros del RCDE Stadium, convertido en todo un héroe para el Espanyol. Tras un sprint final de temporada para enmarcar, los blanquiazules eran capaces de clasificarse para Europa tras más de una década de ausencia, una enorme alegría que como suele suceder en esta casa, duraría poco. En pocas semanas un proyecto ilusionante quedaba desmontado con su marcha y la de Borja Iglesias al Betis, en lo que muchos ven como apuntábamos la génesis de los sucesivos desastres en los que desde entonces ha vivido instalado el club a nivel deportivo. Con los datos en la mano, su marcha supuso el primer paso hacia la nefasta temporada que completaba el primer equipo que se cerró con el descenso a Segunda, el quinto de la historia de la entidad. Después de la clasificación europea y de haber dado con la tecla en el rendimiento de la plantilla, especialmente de los jóvenes de la casa, la oferta del Betis y la falta de acuerdo con el proyecto perico le izo decidir a separar su camino del Espanyol. “No solo fue que Rubi se quiso ir, sino que el club le dejó marchar. No hay duda. Un entrenador solo tiene fuerza cuando las cosas van bien. Sabía lo que necesitaba el Espanyol y era potenciar el equipo. Repetir una temporada así era muy difícil”, explicaba meses más tarde de aquella traumática ruptura. El tiempo le iba a dar la razón: por el camino del lamentable curso 2019-20 quedaban tres entrenadores David Gallego, Pablo Machín y el “Pitu” Abelardo, y un estrepitoso fracaso en la sustitución de dos piezas clave como Mario Hermoso y el citado Borja Iglesias, cuya marcha estaba más que clara desde meses atrás, con antelación suficiente para trabajar en profundidad en sus recambios; de nada sirvió una inversión histórica de casi 40 millones de euros en el mercado de invierno -ojo al dato, la quinta más elevada de Europa- y como cereza al pastel, la bochornosa llegada al banquillo de Francisco Joaquín Pérez Rufete, director deportivo y responsable de la confección de la plantilla.

Se apuesta por Vicente Moreno, un técnico que cumplió con los objetivos pero no entusiasmó

Pese a que la lógica indicaba que Rufete debía ser relevado de sus funciones tras el fracaso, sorprendentemente los responsables del Espanyol le dieron plenos poderes para diseñar la plantilla para el regreso a Primera. Se confió en un técnico especialista en ascensos, Vicente Moreno -anteriormente lo había logrado con el Mallorca y este hecho fue uno de los argumentos para que la dirección deportiva del apostase por él- para afrontar el reto, y gracias a tener un presupuesto más propio de Primera que no de la categoría de plata, se pudo mantener una plantilla que no hubiese desentonado entre los grandes. Con el presupuesto más alto de Segunda y con jugadores de la calidad de Cabrera, Diego López, Embarba, Puado o RDT los pericos retornaban a la élite en 10 meses. En una temporada atípica, marcada por la covid y por la ausencia de aficionados en los estadios, los blanquiazules firmaron un curso espectacular, en que cumplieron las expectativas sin que les temblasen las piernas por saberse desde el inicio que eran el principal candidato a ascender de forma directa. Con pocos cambios en la plantilla que había firmado el descenso y con un Vicente Moreno sobrio pero muy solvente, parecía que se había dado con la tecla respecto al proyecto.

Se marcha Rufete, asciende Domingo Catoira

Cara al retorno a Primera, el Espanyol siguió confiando en Vicente Moreno, aunque pese a sus números no faltaron críticas por lo poco preciosista de su apuesta de juego, impropia de un equipo que aspiraba a más. El de Massanassa cumplió sobradamente con los objetivos las dos temporadas que estuvo en el RCDE Stadium y si el primer año logró sin problemas el ascenso el segundo mantuvo al equipo sin urgencias en Primera; pero Chen Yansheng consideró que el recorrido del preparador había llegado a su fin, y quiso mandar un mensaje claro de que ya pensaba en la temporada 2022-23 cesándolo cuando aún no había finalizado la campaña -el técnico tenía una cláusula que si lo rescindían antes de final de temporada, el club se ahorraba una cierta cantidad-. Moreno estaba muy cuestionado por el entorno por su modelo de juego y la afición también estaba desilusionada tras la mala recta final en que el equipo no sólo sumaba un único punto de los últimos 15, sino que dio una imagen muy mala, y su relación con el vestuario no pasaba por su mejor momento. Además, Chen optó por decapitar también a Rufete, en una decisión que muchos interpretaron como destinada a evitar la amenaza de una protesta generalizada en la grada, con previsible pitada hacia los responsables deportivos que podría extenderse hasta el palco. El director deportivo vivía una situación muy parecida a la del entrenador y la entidad consideró que debía empezar un proyecto nuevo y eso implicaba nuevos profesionales al frente de la parcela deportiva. En lugar del valenciano, Chen decidió ascender al hasta entonces secretario técnico Domingo Catoira.

Diego Martínez, decepción total y absoluta; Catoira, el gran señalado

Consciente de este ambiente muy crispado entre los seguidores y que el Espanyol necesitaba volver a ilusionar a la grada Chen Yansheng apostaba cara al siguiente curso por Diego Martínez. El ex técnico del Granada, que había pasado un año voluntariamente en blanco para continuar con su formación en Inglaterra, llegaba con muchas ilusiones pero de manera casi inmediata rebajó las expectativas. El gallego lideró el proyecto desde el inicio de curso, pero ni sus resultados ni la traslación de su propuesta futbolística al verde convencieron en ningún momento. Desde un inicio lamentó que la entidad no reforzara la plantilla como estaba previsto en verano, y fue destituido después de cuatro derrotas seguidas en abril. Su lugar lo ocupaba Luis García, que fue anunciado como nuevo técnico del Espanyol el 3 de abril. Con el ovetense, el equipo mejoró sensiblemente sus sensaciones, pero los resultados, que no mejoraron los de Diego Martínez, no bastaron para evitar el descenso. Su conocimiento técnico y su conexión con el sentimiento periquito le convierten en la gran baza del club para ascender y en principio, seguirá en próximo año en Segunda. Veremos también qué pasa con el que muchos apuntan como gran responsable del desastre, Domingo Catoira. El director deportivo del Espanyol ha sido una de las figuras que más ha estado bajo los focos esta temporada. La composición de la plantilla después del mercado de verano no fue la esperada tras una gestión de diferentes casos ciertamente equivocada y tardía, y aunque los fichajes en la ventana de invierno donde se hizo una fuerte inversión fue mejor no ha sido suficiente para mejorar los números del equipo. En las últimas semanas se ha especulado con su posible adiós y suenan nombres de posibles sustitutos, aunque hay también informaciones en el sentido contrario que dice que a Chen de momento no le ha pasado por la mente ofrecer su cabeza a la afición, algo que ésta no para de reclamar.

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