Diego Martínez intentó modificar su apuesta táctica en busca de un buen resultado y mejorar las sensaciones, pero los errores individuales volvieron a condenar al Espanyol. Al término del partido, el técnico dejó claro que «para lo bueno, lo malo y lo regular, aquí somos un equipo»
Hay la sensación de volver a vivir lo mismo en cuanto a errores defensivos. ¿Cómo lo ha visto?
Aquí somos un equipo para todo. Para lo bueno, malo o regular. Estoy al frente de las derrotas y de los momentos de dificultad. Somos conscientes de que queríamos subsanar errores. Estoy de acuerdo que los errores condicionan el partido. No podemos perder confianza, porque necesitamos la mejor versión de cada uno. El equipo lo intentó, dio lo que tenía. A Cabrera le hicieron un paradón al final. Más allá de esa segunda parte, tenemos que mejorar.
Estamos intentando que todos los jugadores adquieran su mejor versión, pero hemos de seguir remando. El déficit de puntos afecta a la confianza. No hay recetas mágicas, necesitamos una victoria para darle la vuelta a esto. Tenemos alma, carácter, espíritu… pero eso llega hasta donde llega.
¿Te preocupa y crees que tendrás que hacer un trabajo extra para que el equipo no entre en una dinámica negativa?
Creo que no merecemos tener tan pocos puntos, pero es lo que es. Hay que mejorar y somos conscientes de los errores. Más trabajo extra no se puede, es imposible. El equipo está comprometido, echa horas, pero hemos de seguir trabajando, arrimar el hombro y luchar por los tres puntos. Necesitamos crecer y desarrollarnos. Omar ha debutado de titular. Tenemos que seguir remando. Está siendo duro, el déficit afecta la confianza.
¿Crees que se ha abusado demasiado de los balones altos a Joselu?
Hay veces que la desconfianza provoca no tener tanta fluidez, pero con esas pelotas altas hemos tenido ocasiones. Tenemos un jugador con unas características muy claras y es lo que intentamos, pero no podemos hacer de una virtud un defecto. La confianza es un estado de ánimo, hubo partidos donde estuvimos más fluidos, como en la segunda parte ante el Sevilla. Cuando no ganas se intentan buscar pegas. El problema son los tanteos en contra con errores graves.
Has cambiado el sistema. ¿Qué buscabas?
La intención con los carrileros era ser más profundos e igualar a sus dos puntas. Queríamos tener superioridad numérica por dentro y después estar mano a mano con sus dos centrales. Esa era la idea, pero después el partido va evolucionando. No podemos conceder tanto en Primera. Hay que meterse eso en la cabeza.
¿Qué necesita hacer el equipo para fluir un poco más?
El fútbol es un estado de ánimo. Hace partidos estuvimos más fluidos. A partir de ahí, cuando no ganas es buscarle pegas. A pesar de todo, en la segunda parte acabamos apretando y algunos pudo entrar, y hablaríamos de otra cosa, pero esta no es la realidad. Hay que seguir trabajando y recuperando a todo el mundo.