Faltan todavía un par de semanas, pero entre los aficionados del Espanyol ya comienza a haber sensación de derbi. El partido que estrenará el 2026 en clave perica contra el Barça no será uno más tanto por el gran momento en que llegan los nuestros a la cita, como porque Joan García volverá a pisar el RCDE Stadium con otra camiseta. Y no cualquier camiseta… la del eterno rival.
Este miércoles como ha explicado Quique Iglesias en Esports COPE ya ha habido una primera reunión con los Mossos d’Esquadra para preparar un dispositivo especial de seguridad. El duelo ha sido declarado de alto riesgo y desde el club se trabaja para que el ambiente sea lo más caliente posible pero sin cruzar ciertas líneas. Nadie quiere que la cosa se desmadre.
Joan volverá… y la herida sigue abierta
A nadie se le escapa que el regreso de Joan va a remover emociones para muchos pericos, que todavía tiene dentro esa mezcla de tristeza, decepción y rabia por el destino elegido para seguir su carrera deportiva. Y claro, ahora verle bajo palos en el campo donde se crió, inevitablemente va a doler.
Se ha publicado que desde el cuerpo técnico del Barça incluso se han preparado entrenamientos especiales para que Joan se acostumbre al ruido, a los pitos, a los gritos. Simulaciones de ambiente hostil. Lo que demuestra que ellos también saben lo que les espera en 3 de enero.
El rumor que hace hervir la previa: ¿García Verdura al silbato?
Y por si todo esto no fuera suficiente, el último runrún que ha empezado a sonar con fuerza como refleja nuestro compañero de Esports COPE es que el colegiado del derbi podría ser Víctor García Verdura, un árbitro… catalán. En un partido con tanto voltaje, donde la afición está especialmente sensible, y con todo lo que supone el regreso de Joan, el Comité Técnico de Árbitros estaría valorando designar a un árbitro del mismo colegio que los equipos. No hace falta ser un genio sabiendo los condicionantes que se viven en Catalunya para adivinar que esto no haría ni pizca de gracia a nadie del entorno perico.
La afición, bajo la lupa: no vale cualquier protesta
Mientras, el Espanyol ya ha empezado a trabajar para que todo se desarrolle dentro de unos mínimos. No se podrá llevar simbología del Barça, no habrá entradas para su afición, y se espera que el estadio empuje, pero con cabeza. Ya hay gente planeando manifestar su repulsa a la decisión de Joan de irse al club azulgrana arrojando ratas de plástico, peluches… Pero cuidado: el estadio está apercibido de cierre y el club no se puede permitir ningún susto.
La reunión definitiva con los Mossos será el 29 de diciembre, con todos los actores implicados. Será ahí donde se trace el dispositivo final para este derbi que más que un partido va a ser toda una bomba emocional.