Fran Garagarza confirmó ayer en rueda de prensa la noticia que avanzó en exclusiva ‘La Grada’, César Montes le ha dicho a sus compañeros y al míster que no va a volver a jugar en el Espanyol si no se resuelve su futuro mediante un traspaso. Esta postura tan contundente del mexicano sorprendió a todo el mundo. Arreciaron las críticas contra el jugador, pero Montes también tiene su versión y afirma tener motivos para haber tomado una decisión tan radical.
Los motivos del divorcio entre César Montes y el Espanyol
La ruptura entre César Montes y el Espanyol tiene su inicio en un compromiso adquirido en el mismo momento del fichaje del jugador. El entonces director deportivo, Domingo Catoira, diseñó la operación de la llegada del mexicano, que se habia frustrado en el anterior mercado de verano. Catoira se desplazó a la concentración de México en Girona, previa al Mundial de Qatar y allí cerraron verbalmente la operación, consistente inicialmente en una cesión de 1 millón de euros por lo que restaba de campeonato y una opción de compra que no era obligatoria, pero sí incluia una penalización en caso de no efectuar la misma. La operación se dilató, como se recordará, por un cambio de condiciones. El Espanyol decidió finalmente comprar el pase de jugador puesto que le salía más barato adquirirlo en ese momento que ejercer la opción a final de año. Se pactó el primer pago de un millón y se efectuarian los pagos siguientes a partir de julio de 2023. En el Espanyol estaban convencidos de que el jugador iba a triunfar y se revalorizaría. Solo quedaba una cuestión pendiente, ¿qué sucedería en caso de descenso? A los dirigentes blanquiazules les incomodaba cerrar el fichaje sin dejar resuelto ese caso, y tampoco querían volver a la opción de la cesión más compra, para no pagar la penalización.
La condición para desbloquear la operación de César Montes con el Espanyol
Ante este paisaje, los agentes de César Montes introdujeron una condición para desbloquear la operación: si el Espanyol descendía, aceptaría desprenderse del jugador por la misma cantidad que había recibido, dejando el saldo a cero para que el club blanquiazul no perdiese un solo euro. Catoira aceptó, pues sabía que el jugador iba a conservar su cartel en Mexico y convenció a Mao y a Chen para firmar al central. Montes también quedó aliviado ya que advirtió en el momento de la operación que en caso de descenso no querría jugar en Segunda sino seguir progresando en su carrera. El asunto se cerró con un apretón de manos, y esta es la clave de todo el divorcio ya que tal condición no figura en el contrato del jugador. Todo el mundo lo dio por válido entonces, pero el que fraguó el pacto ya no está en el club, es decir Domingo Catoira. Con la llegada de Garagarza, este pacto verbal quedó en papel mojado: solo se iba a respetar lo firmado. Y lo firmado es que Montes tiene un sueldo muy bajo para jugar en Segunda división, puesto que el jugador, para allanar su llegada, aceptó firmar por una cifra bastante baja, -mucho menos de lo que le ofreció Rayados para renovar y quedarse en México-, cantidad que ahora se ha visto además reducida al 50%. Montes entiende que él dió su palabra de que iba a venir desoyendo ofertas superiores y ahora quiere que le acepten la misma palabra para que le dejen salir por el pacto acordado. No piensa jugar por ese salario. Tampoco entiende que se le niegue una salida que se le facilitó a otros jugadores de la plantilla, como Joselu.
César Montes pide al Espanyol que respete la palabra dada en su día por Catoira
A su retorno a España, César Montes mantuvo una reunión con el CEO del Espanyol Mao Ye y con el director deportivo Fran Garagarza y les pidió que respetasen la palabra dada. El central, conocedor de las ofertas que han llegado al club, pidió que le dejasen salir y que le pusiesen precio. La respuesta de Garagarza es que no iba a ser traspasado por cifra alguna. El Espanyol quiere que se quede, pues sabe que es imposible firmar un central de esa calidad por la ficha que percibe el jugador. Esto irritó a Montes sobremanera y le llevó a decidir que no volvería a vestir la camiseta del Espanyol. El jugador se siente engañado y así se lo trasladó a sus compañeros y al técnico. Realizó algunos ejercicios en solitario y quizá acuda a ejercitarse en los próximos días pero no piensa reintegrarse al grupo hasta que no se resuelva la situación.
A todo esto cabe añadir un detalle no menor que jamás se ha mencionado. La operación se cerró en dólares. Es decir, el cambio favorecería al Espanyol si la operación se cerrase en euros. Este dato es importante puesto que el Espanyol ya cuenta sobre la mesa con ofertas en esa moneda que superan, por poco eso sí, lo que abonó por el jugador. Pero lo que ha molestado a Montes es la negativa a negociar esas ofertas ni siquiera como punto de partida. Al respecto de las mismas, la más atractiva a día de hoy es la del Almería, aunque tambien América de Mexico y Dínamo de Moscú han licitado por el jugador. Cabe añadir que, curiosamente, el propio Fran Garagarza elaboró un informe favorable del jugador para los Wolves, que se interesaron en su día por el mexicano.
A nadie se escapa que mantener una situación de bloqueo no favorece a ninguna de las partes. El Espanyol necesita reforzar su defensa y tiene un margen salarial escaso que la venta del mexicano podría ampliar. A ello se suma que Montes tiene la vía de escape de los compromisos con sus selección y podría perderse muchos partidos de la primera vuelta, dejando la situación sin resolver. Pareciera que club y jugador estuvieran condenados a entenderse pero la postura inflexible de Fran Garagarza mostrada este miércoles en rueda de prensa augura que podemos estar en el principio de un nuevo culebrón a solo 12 días del término del mercado. Una complicación añadida: el Espanyol no ha efectuado todavía el pago del primer plazo por el jugador, lo que podría dar lugar a una denuncia por parte de su anterior club.