El hecho de que algunos propietarios quieran tener el poder sobre sus inquilinos, deja a los segundos muy desprotegidos ante la Ley. Ante el complejo panorama de la vivienda en España, los inquilinos estaban protegidos hasta ahora con la Ley de los alquileres. La mala noticia es que a partir de ahora, no lo estarán tanto.
Esto abre otra problemática a la de los precios de los alquileres, que tiene a quienes viven de alquiler y a quienes quieren apostar por ser inquilinos, en un lugar vulnerable y complicado.
Recomendaciones para los inquilinos
Antes de entrar en materia sobre lo que vamos a tratar, cabe alertar a los inquilinos de que tomen ciertas precauciones antes de firmar un contrato de alquiler. Estas son las más importantes.
- Leer todas las claúsulas: el hecho de firmar un contrato se convierte a veces en un mero trámite que hace que leamos deprisa y pasemos cosas por alto. En el caso de la época en la que vivimos, en la que los inquilinos viven situaciones de incertidumbre e inestabilidad, es recomendable revisar punto por punto y las cláusulas extra.
- Comprobar la ley: una vez que se hayan leído o incluso antes, se debería consultar la Ley de vivienda a ver si el contrato la cumple. En el caso de estar operando a través de una agencia inmobiliaria, debería ser así pero no siempre lo es. También se puede consultar con quienes se encargan de los contratos desde ellas.
- Llegar a acuerdos: en caso de que alguna de las prácticas no sea beneficiosa para los inquilinos, siempre cabe la posibilidad de llegar a acuerdos con la persona propietaria.
- No permitir prácticas abusivas: aunque haya mucha demanda y poca oferta y se tenga miedo de no poder acceder a otra vivienda, porque en casos como los que vamos a ver hoy, esto puede desproteger mucho a los inquilinos.
- Consultar con abogados/os o especialistas: ante la duda y siempre antes de firmar el contrato, sobre la legalidad de ciertos puntos.
La cláusula que descuida a los inquilinos
Una vez vistas las recomendaciones para inquilinos, vamos a centrarnos en la claúsula que afecta a muchos contratos y que es una de las que más está desprotegiendo a quienes alquilan una vivienda hoy en día.
Se trata de una claúsula en la que la persona que alquila la vivienda renuncia voluntariamente a defenderse en caso de desalojo de la misma. Esto es lo que da pie a que las personas propietarias puedan desalojar a quienes viven dentro, sin tener que dar explicaciones ni ser castigados por la Ley.
Esto quiere decir que si los inquilinos firman el contrato con esta claúsula incluida, tendrán que desalojar la vivienda aunque no hayan pasado los cinco años correspondientes a los que tienen derecho por Ley de vivir en ella.
Esto puede ocurrir con claúsulas que pretenden justificar que los propietarios necesiten la vivienda para uso propio o para la venta y el desalojo se tenga que dar en el plazo de un mes, por ejemplo.
La única protección de los inquilinos
Es sumamente importante que los inquilinos presten especial atención en estos casos, ya que al firmar los contratos de arrendamiento con este tipo de cláusulas, se pierden ciertos derechos de cara a los tribunales convencionales.
Si esto ocurre, la única vía de defensa para los inquilinos pasaría a ser la de los tribunales de arbitraje. La mala noticia es que este tipo de defensa, no contempla las garantías que se dan en las protecciones estipuladas en la Ley de Vivienda.
Por tanto, es importante que se eviten vacíos legales como ese tipo de claúsulas abusivas, que pueden dejar a los inquilinos en la calle con muy poca protección.