TikTok es sin ninguna duda uno de los mayores fenómenos sociales de la actualidad. La red social propiedad de la empresa china ByteDance, ya está presente en todas las partes del mundo y cuenta con usuarios de todo tipo de edades. Precisamente, para uno de los colectivos, esta aplicación se ha convertido en su gran solución de ocio y entretenimiento. Estamos hablando de los niños y adolescentes, los cuales se sumergen en los contenidos de esta app llegando a perder la noción del tiempo o lo que es peor, crear una dependencia.
Diferentes expertos han salido al paso para advertir que los efectos psicológicos de TikTok en la población más joven pueden ser tremendamente nocivos. El neuropsicólogo, Álvaro Bilbao, va más allá y lanza una alerta muy seria: «tu hijo está siendo adiestrado por un algoritmo chino diseñado para crear adicción».
Una reflexión tremendamente reveladora que invita a pensar a los padres y tutores de esos niños, sobre como estos deben consumir contenido en redes sociales, y más concretamente en TikTok. El objetivo de la aplicación asiática es conseguir que los usuarios no puedan soltar el móvil gracias a un mecanismo centrado en asegurar la máxima permanencia.
Un algoritmo plagado de estímulos
TikTok cuenta con un algoritmo minuciosamente desarrollado en el que va intercalando contenido de nuestro gusto y otro menos apetecible. Es decir, te muestra un video interesante, después tres mediocres y cuando parece que te has desenganchado, vuelve a salir un video genial que te hace reír a carcajadas y finalmente te acabas quedando.
A esto se le conoce como la recompensa variable intermitente, puesto que el cerebro recibe una dosis de dopamina, pero no con todos sino con los videos que le resultan muy satisfactorios. Álvaro Bilbao, afirma que «este patrón de estímulos impredecible es el más adictivo que existe para el cerebro humano». Al no saber cuando va a volver a salir un próximo vídeo que te guste, sigues deslizando el dedo sin para. Es un bucle de búsqueda constante.
Debido a esto, puedes pasar horas y horas dentro de la aplicación sin ser consciente del tiempo que ha pasado. Videos cortos e incertidumbre, son sinónimo de dopamina y enganche en el usuario.
Los jóvenes no son capaces de frenar el impulso
El cerebro de un adolescente está biológicamente conformado para buscar novedades y recompensas sociales, además de que su sistema de autocontrol no está del todo maduro. Eso es lo que aprovecha precisamente TikTok para, mediante su arsenal infinito de estímulos, captar su atención. El doctor Bilbao, señala que la corteza prefrontal de un adolescente no está desarrollada para frenar el impulso de seguir buscando esa recompensa. Esto supone que las posibilidades de hacer un uso compulsivo se disparen.
Lo realmente peligroso es que muchos niños pueden llegar a confundir lo virtual de lo real, prefiriendo el placer químico antes que la satisfacción de otras actividades como el deporte o la lectura.
Consejos para proteger a los más jóvenes
Teniendo en cuenta que TikTok busca crearte dependencia entrenándote para necesitarla cada vez más y durante más tiempo, es importante ponerle freno a esta corriente perjudicial para los más pequeños. Álvaro Bilbao afirma que la clave no se centra tanto en la prohibición, que puede general efecto contrario, sino en que los jóvenes comprendan que no todo es diversión. El experto subraya que poner límites de tiempo y fomentar otras actividades y aficiones alejadas de los móviles y las pantallas es fundamental.
Por último, el neuropsicólogo, deja claro que conocer todo lo que TikTok implica es básico para actuar en consonancia. «La información nos da poder para decidir», concluye.
