La noticia llega desde Baleares y tiene lectura directa en clave blanquiazul. Según avanza la Cadena SER, el RCD Mallorca no ejercerá la opción de compra por Marash Kumbulla, tasada en 8 millones de euros -seis fijos más dos en variables-. Una decisión que confirma que la apuesta bermellona del verano no ha salido como se esperaba… y que inevitablemente devuelve el foco al RCD Espanyol, el club donde el central dejó un recuerdo mucho más potente.

Kumbulla llegó a Palma cedido por la AS Roma tras una temporada notable como perico. En el Espanyol fue importante, indiscutible en muchos tramos y uno de esos centrales que daban sensación de jerarquía. El club blanquiazul quiso retenerlo, pero no pudo competir con las condiciones económicas ni con el escenario que ofrecía el Mallorca.
Un paso por Palma que no ha tenido continuidad
La realidad en Son Moix ha sido muy distinta. Cinco partidos de Liga y dos de Copa, un papel discreto y una lesión muscular que lo dejó casi dos meses fuera del equipo han marcado su etapa bermellona. A eso se le suma un detalle que dice mucho: Jagoba Arrasate prefirió apostar por Antonio Raíllo incluso recién operado, antes que darle galones al albanés.
El resultado es claro. Rendimiento corto y precio alto. Los 8 millones de la opción de compra se han convertido en un muro imposible de justificar para un futbolista que no ha logrado asentarse ni cambiar el orden natural de la defensa mallorquina.
El Espanyol no pudo retenerlo… pero tampoco lo echa de menos
Y aquí entra la clave perica. El Espanyol no pudo retener a Kumbulla en verano, algo que en su momento generó cierta sensación de pérdida. No era para menos: venía de firmar casi 3.000 minutos, tres goles y un curso muy sólido. Pero el fútbol, como casi siempre, pone las cosas en su sitio con el tiempo.

Hoy, con Leandro Cabrera y Fernando Calero en un momento de forma altísimo, el Espanyol ha encontrado estabilidad atrás. La pareja se entiende, manda, compite y transmite seguridad. Y cuando eso pasa, las ausencias pesan mucho menos.
Una historia que se apaga sin ruido en Cornellà
La salida de Kumbulla fue más una cuestión de mercado que de voluntad deportiva. El Espanyol lo quiso, pero no pudo. Ahora, viendo cómo ha evolucionado todo, en Cornellà-El Prat no hay sensación de vacío ni de oportunidad perdida. El equipo ha seguido creciendo, la defensa ha respondido y el proyecto no se ha resentido.
Así que mientras en Palma se cierra la puerta y en Roma se replantean su futuro, el Espanyol sigue caminando con lo que tiene, sin mirar demasiado atrás. Kumbulla fue importante, sí. Pero el presente manda… y ahora mismo, ese presente se llama Cabrera y Calero.
