Hay goles feos, goles dolorosos… y luego está el que muchos ya llaman sin rodeos “el gol de la vergüenza”. Así se está titulando en los medios al tanto que anoche decidió la eliminación del Mallorca en la Copa del Rey ante el Dépor, y ue ha dado la vuelta al país no tanto por lo que fue, sino por lo que simboliza: pasividad, desconexión y una cadena de errores ciertamente impropia de un equipo de Primera. Y, curiosamente, en el centro de la escena aparecen dos nombres muy conocidos en clave perica: Sergi Darder y Marash Kumbulla, dos futbolistas que en su día dijeron no al Espanyol.
Darder inicia el desastre con una acción incomprensible
La jugada nace así: minuto 84, empate a cero en el marcador de Riazor y un Mallorca que parecía jugar a que no pasara nada, jugando peligrosamente con fuego. Sergi Darder, que llegó a la isla buscando huir de la presión y de los malos momentos deportivos vividos en Cornellà-El Prat, decide temerariamente arriesgar en una zona prohibida. Un pase vertical blando, sin tensión ni convicción, es interceptado por Noé Carrillo, un jugador del filial del Deportivo recién ingresado al campo. A partir de ahí, todo se derrumba para el conjunto balear.
Kumbulla, congelado en el área
El centro posterior acaba con un remate al palo de Ndongo. Y ahí aparece la imagen que resume la noche: Marash Kumbulla, central que el año pasado brilló en el Espanyol y al que el club intentó comprar, se queda literalmente clavado. Ni reacción, ni anticipación, ni aparentemente ganas. El balón vuelve al área y el propio Carrillo marca a puerta vacía ante la mirada perdida del albanés y de un Bergström paralizado. Una secuencia que deja en evidencia la pasividad defensiva del Mallorca y que ha generado una oleada de críticas en la isla, donde la afición bermellona está que trina.
Dos salidas, dos decisiones… y un Espanyol que sigue adelante
El caso de Kumbulla siempre tendrá un matiz especial para el espanyolismo. El club quiso quedárselo tras una temporada notable, se ha de decir que él esperó, pero la oferta del Mallorca y la decisión del jugador decantaron la balanza y entre la afición del Espanyol corrieron las lágrimas pensando en cómo se había escapado una pieza que era considerada clave, temiéndose lo peor. Hoy, sólo unos meses más tarde y con la dupla Cabrera-Calero rindiendo a un nivel altísimo, nadie en Cornellà mira atrás con nostalgia. El Espanyol ha seguido creciendo sin él.

Darder, de capitán perico a foco de críticas en Mallorca
Lo de Sergi Darder es aún más simbólico. Salió del Espanyol tras el descenso, buscando un entorno más amable y menos exigente. Ironías del fútbol: ahora es objeto de comentarios ciertamente demoledores, irreproducibles en algunos casos, por parte de la afición mallorquina, que lleva meses reprochándole pasividad, falta de carácter y una desconexión preocupante en partidos clave. Justo lo que muchos decían que había que aguantar en el Espanyol, fuera del cual se demuestra que a veces hace frío, mucho frío.
