Óscar Gil vivió un día especial este pasado 19 de febrero. El defensa del Espanyol jugaba por segunda vez en el Martínez Valero con el Espanyol desde que fue traspasado por el conjunto ilicitano al perico. Y en esta ocasión, el recuerdo es mucho mejor que el de la primera vez, en octubre de 2021, cuando tuvo que abandonar el terreno de juego en camilla tras una dura entrada de Mojica. El sabor amargo de esa ocasión se ha convertido en felicidad en su segundo encuentro de visitante en su tierra al conseguir una importante victoria.
“Fue una victoria muy trabajada y, sobre todo, que nos deja un sabor de boca increíble. Estuvimos trabajando durante todo un partido que fue muy exigente. Llevarte el partido en el tramo final y con ese golazo que marcó Sergi tiene un valor doble. Aún con ese buen sabor de boca, hemos de intentar aprovecharlo para afrontar el partido de este fin de semana”, manifestaba Óscar Gil a los medios oficiales del Espanyol.
En el encuentro contra su ex equipo, Diego Martínez tuvo que improvisar una defensa en la que Óscar Gil cambió de banda: “Yo estoy para lo que quiera el míster. Era un partido en el que teníamos bastantes bajas y el míster me quiso utilizar en la izquierda. Yo intentó cumplir lo mejor posible en cada posición. Si tengo que jugar en la izquierda para que ganemos, por mi encantado”.
El equipo afronta el partido contra el RCD Mallorca con la confianza renovada tras volver a sumar de tres, algo que cada vez es más complicado. Óscar Gil reconocía que “ganar esta temporada está siendo muy caro, la tabla está muy igualada y ganar este fin de semana sería dar un salto. Hemos de intentar conseguir afianzarnos en casa y lograr esa seguridad que nos podría dar el ser fuertes en casa. No tengo dudas de que saldremos a ganar y estar muy metidos con la afición que está respondiendo muy bien. Este año que no les hemos dado muchas alegrías en casa están de diez”.